Comité Federal del PSOE, Congreso del PP, dos cónclaves distintos

Rajoy carga contra Sánchez y avisa que el PP debe aprovechar la debilidad del Gobierno para volver a La Moncloa

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Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo  (1)
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo - EP

 

Madrid, como siempre, será este fin de semana el centro político de España tras acoger dos acontecimientos importantes: el Comité Federal del PSOE y el Congreso del PP. La mirada estará puesta en la calle Ferraz y el recinto de IFEMA, lugar de Ferias y Congresos.

En la sede de los socialistas, el máximo órgano entre congresos, con pocas voces críticas, arropará a su líder, Pedro Sánchez, en unos momentos que no son los mejores de estos años de liderazgo. Tendrá que explicar a sus compañeros lo que ha sucedido con los exsecretarios de organización, Ábalos y Cerdán, lo que está dejando muy tocado al PSOE. Así como anunciar las medidas que piensa implantar en el partido para que “al menos” en 20 años no vuelvan a suceder situaciones como esta.

Algunas medidas que explicará mañana ya las conocen por los medios de comunicación. Sánchez seguirá digiriendo este sábado el mal trago que lleva meses padeciendo. ¿Conocía lo que estaban haciendo sus dos personas de confianza? No obstante, ya sabe que en parte el trago será menor: tendrá pocas críticas, como es habitual. Los asistentes al cónclave están bien elegidos para que no critiquen. Es el ABC de todos los partidos políticos. Así que la sangre no llegará a la calle.

Mientras, la otra cara de la moneda la protagoniza Alberto Núñez Feijóo, en la que se ve como la última oportunidad de llegar a ocupar La Moncloa. La última, porque si no gana para gobernar en los próximos comicios —como suele ser “ley natural de los partidos políticos” (las ambiciones nunca dejarán de existir)— sus propios compañeros, que estos días le aplaudirán, le darán palmaditas en la espalda, le halagarán… en definitiva, le enseñarán la puerta de salida.

El momento es dulce para los populares después de los escándalos que tienen dentro de casa los socialistas. Es la ocasión propicia para alcanzar sus objetivos. No obstante, no hay que “vender la piel del oso antes de cazarlo”. De todas maneras, es un momento dulce para los populares y, con el gancho de poder alcanzar el Gobierno de España, todos irán a una de cara a la galería. Es su momento, y si la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, no da la nota, el congreso será como una balsa de aceite. Tienen que mostrar unidad. Después ya vendrán la carta de peticiones.

La presencia de los dos expresidentes en la jornada inaugural del Congreso del PP ha sido, como siempre, para meterse con los socialistas con frases tan conocidas como: “han mentido mucho y han robado mucho”. Rajoy, más moderado y con ese sentido del humor gallego, ha tenido una intervención con retranca. Tiempo tendrá para decir más de las suyas.

Las contradicciones, después del domingo que termina el Congreso, las aportará el nuevo “general secretario”, el todopoderoso Miguel Tellado, que tendrá casi todo el poder en sus manos para machacar a Pedro Sánchez y, quizás, menos a los partidos que hasta ahora habían sido objeto de múltiples insultos. La situación ha cambiado: ahora toca (sin Bildu) atemperar sus intervenciones. ¿Sin insultos? Porque, sencillamente, necesitarán acuerdos con ellos. Claro, si se dejan convencer.

Decía Lyndon B. Johnson que “la política debería ser una lucha por el bienestar de la nación, no una competencia por el poder personal”.

Pedro Sánchez, que se reunía en la sede de su partido con las secretarias de Igualdad de las territoriales, afirmaba que los socialistas se declaraban “abolicionistas de la prostitución” y que se “castigará” con la expulsión del partido a los que acudan a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero, es decir, que hagan uso de la prostitución. ¿Cómo lo van a controlar? La pregunta es: ¿a cuántos militantes calculan que expulsarán por saltarse la recomendación?

Con “encuentros” y temas políticos que se celebran en Madrid, los que no estén interesados tienen donde elegir: irse a la playa, si la tienen cerca; pegarse al televisor mirando los partidos de la Eurocopa Femenina, donde España, ahora, es la favorita; Wimbledon, con Alcaraz, que está que se sale; el Mundial de Clubes, que no está resultando muy atractivo; o el Tour de Francia. La oferta es amplia para distraerse y olvidarse de la política. Y del termómetro, que no hay quien lo aguante.

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