¿Serán los ultraortodoxos los que consigan tumbar a Netanyahu?
La crisis política en Israel podría abrir una grieta inesperada en el gobierno de Netanyahu
A pesar de que la ONU declaraba oficialmente, hace pocos días, la situación de hambruna en Gaza y afirmaba que la crisis humanitaria es “enteramente provocada”, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sigue negando la situación, cuyas imágenes de las víctimas son vistas en todo el mundo. El negacionismo de Netanyahu deja al descubierto que mentir forma parte de su estrategia para decir al mundo que los palestinos mienten y que las víctimas son ellos. Una postura de lo más cruel para un mandatario que sigue beneficiándose del poder judío en el mundo y de la ayuda inestimable de su amigo, el presidente de EEUU, Donald Trump, que, haciendo el doble juego, sigue apoyando al primer ministro de Israel.
Los planes de Netanyahu de hacerse con el territorio de Gaza siguen adelante, sin importarle los asesinatos a sangre fría de civiles mediante los disparos de sus soldados y la muerte por hambre de su población, que es la más inhumana de las muertes. Él quiere aniquilar al pueblo palestino, sin importarle los métodos utilizados para ello ni que sea la población civil la víctima inocente.
Las bajas de soldados israelíes también se están produciendo, por varios motivos, incluidos los suicidios de quienes no son capaces de asumir los asesinatos que está llevando a cabo su ejército. La situación es complicada (de la que él mismo es responsable) para Netanyahu, que se encuentra con varios problemas: la oposición de países y sus denuncias; lo mismo que la opinión pública, que no acepta el exterminio deciudadanos palestinos. Por otra , la propia sociedad: una encuesta realizada recientemente reveló que el 54% de los ciudadanos israelíes apoyan un acuerdo que permita la liberación de los rehenes, el retiro de las fuerzas del ejército de ciertas zonas, el fin de la guerra y la liberación de presos palestinos, mientras que el 28% respalda la ofensiva total sobre Gaza. Los resultados de la encuesta reflejan la presión que afronta Netanyahu para equilibrar la estrategia militar con las demandas de la sociedad y las negociaciones diplomáticas.
Pero al primer ministro de Israel se le ha sumado otro problema que puede hacer tambalear su gobierno: el llamamiento a incorporarse al ejército de los ultraortodoxos, conocidos como haredim, que hasta ahora estaban exentos. El servicio militar es obligatorio para la mayoría de los israelíes judíos, tanto hombres como mujeres, mientras que los ultraortodoxos exentos se han beneficiado, lo que ha venido generando discrepancias con el resto de la población. Pero la guerra de Gaza ha convertido un factor irritante en una crisis política que ahonda más la división en la sociedad israelí y pone en peligro la ya de por sí frágil coalición de Netanyahu. Hay que recordar que, el pasado mes, dos partidos ultraortodoxos cruciales para la mayoría parlamentaria de Netanyahu se marcharon del gobierno tras la negativa de este a aprobar una ley que los eximía del reclutamiento. Esta decisión podría provocar el colapso de la coalición y la convocatoria de elecciones anticipadas, cosa que no quiere el primer ministro.
La situación se complica para Netanyahu, aunque de peores situaciones ha salido. El ejército reclama urgentemente unos 12.000 nuevos reclutas, entre los que se incluirían los hasta ahora exentos ultraortodoxos, que en la actualidad son 1.000.000. Una cifra importante como para enfrentarse a ellos.
Puede suceder que, lo que no consiga la comunidad internacional, los organismos internacionales ni las ONG, sean los ultraortodoxos los que consigan que Netanyahu se quede sin poder gobernar y no le quede más remedio que convocar elecciones, que es posible que, de celebrarse, no ganaría. Sería una solución.
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