El fuego arrasa, el PP critica; Podemos y Vox de vacaciones y morenitos

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Un bombero trabaja para la extinción del incendio, a 25 de agosto de 2025, en A Pobra de Brollón, Lugo, Galicia (España) - EUROPA PRESS

 

Dicen que las cosas empiezan y también terminan. En algún caso es así; en otros, parece que no se cumple, a saber. Este verano está siendo de lo más caliente, no solo por su temperatura, que nos está dejando hechos unos zorros, los incendios que están sufriendo determinados territorios (que nos afecta a todos), sino porque la política española sigue con el fuego dialéctico en pleno auge y no tiene visos de que se apague. Porque los que lo han iniciado, aunque sencillamente fuera por sentido común, responsabilidad y por respeto a la ciudadanía —que sigue sin entender nada de lo que está ocurriendo en estos momentos, también en los anteriores y los que están por llegar—, tampoco lo tienen en cuenta. Eso no  parece importarles a muchos.

El fuego que sigue quemando la masa forestal de algunos territorios viviendas está sirviendo para que algunos partidos “lideren” las críticas al gobierno de Pedro Sánchez, con argumentos que dejan al descubierto que mentir, enredar y contar las cosas según les interese forman parte de su estrategia para ir “minando” al gobierno. Es el objetivo de quien quiere llegar a la Moncloa a cualquier precio. ¿Es ético? , la ética no está incluida en el ideario de buena parte de los partidos políticos. Para ellos, el fin justifica los medios y las promesas electorales, como las palabras, se las lleva el viento.

Feijóo está haciendo un papelón (no sé si por iniciativa propia o empujado) que es más propio de Vox que de una formación de “centro”, como dijo en su día al llegar a Madrid desde Galicia Alberto Núñez Feijóo, que hablaba de la centralidad del “nuevo” PP. Una postura que agradó a los votantes de centro, de derechas moderados y hasta a los que estaban decepcionados de otros partidos. Parecía que la cosa iba a cambiar, que la ilusión había llegado a Génova. No era consciente el nuevo líder popular de que Madrid no es Galicia, y de que las intrigas están muy presentes en cualquier partido  de la capital de España. El PP no es la excepción, más teniendo en cuenta la composición ideológica variada que forma las distintas familias populares, algunas de ellas contrapuestas. Quizás por ello Feijóo se ha ido escorando no a una derecha moderada y moderna, sino hacia una derecha que compite con la ultraderecha de Abascal (que, por cierto, venía de los populares y está de vacaciones) que parece estar  marcándole la hoja de ruta. Si a eso se suman algunas de las personas que tiene alrededor, la cosa se complica más aún. Decía Platón que “El hombre sabio querrá estar siempre con el que es mejor que él”, cosa que en este caso es evidente que no se cumple.

Con el panorama que tenemos: los partidos mayoritarios tirándose los trastos (más por parte del PP que del PSOE), en tiempos en los que se necesita unidad ante la catástrofe del fuego, más las peticiones de los partidos minoritarios —ERC, Junts y PNV (en menor medida)— para seguir apoyando al gobierno del PSOE-Sumar, las cosas se complican más. Verano caliente, otoño en la misma línea y queda por sumar los temas judiciales que se esperan en otoño/invierno. Sin olvidar la actitud de rechazo de Trump hacia el presidente del Gobierno (su intento de aislarlo) y sus amenazas sin sentido, más los frentes con Israel, las cosas pintan mal.

Es lícito que la oposición quiera gobernar, pero con “juego limpio”, por mucho que pretendan ser el inquilino de la Moncloa, todo no vale. Decía Platón que “En política son los medios los que deben justificar el fin”.

Con la vuelta a la normalidad, que la ciudadanía vaya acostumbrándose: la normalidad es la que tenemos ahora; la otra es la que nos gustaría, pero eso es más un sueño. Solo el sentido común puede hacer recapacitar a los que tienen la obligación de cambiar el chip. Por cierto, los líderes de Vox deben estar de vacaciones, tostándose al sol, lo mismo que Belarra e Irene Montero, que han estado disfrutando de unas vacaciones de “chicas” en las Baleares, subiendo fotos en las redes sociales para que la gente vea lo bien que se lo estaban pasando. Es evidente que se solidarizan con las personas que lo han perdido todo por el fuego, y con las personas que han muerto. Muy responsables las lideresas de Podemos y el patriota Abascal.

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