VÍDEO: Artur Mas y Pere Aragonès exhiben su "unidad independentista" en un escrache calculado al president Salvador Illa

Durante la entrega del Premi d’Honor de les Lletres Catalanes al filósofo Pere Lluís Font, celebrado en el Palau de la Música, Salvador Illa  escuchó el grito de   “¡independència!” , a modo de escrache calculado, que resonó al finalizar la interpretación de “Els Segadors” también secundado por los ex presidents presentes, Artur Mas y Pere Aragonés. Una unidad similar a la que han exhibido estos meses, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. 

Òmnium Cultural invitó a Salvador Illa a participar en la entrega de estos premios y los presentes convirtieron el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes, en un acto de carácter reivindicativo con fuerte contenido nacionalista. En los discursos, todas las referencias giraron en torno al “pulso independentista”.

Clamor de independencia tras “Els Segadors”

La ceremonia se desarrolló con normalidad dentro de los parámetros habituales de un acto académico y cultural: intervenciones para glosar la obra de Pere Lluís Font, lecturas de autores catalanes y el propio discurso del presidente de Òmnium, Xavier Antich. Este subrayó el papel de la filosofía y la cultura como armas frente al conformismo y el resurgir del populismo.

Fue, precisamente, tras la interpretación solemne de “Els Segadors” cuando, al caer la última nota, los presentes, en un coro unánime gritaron  “¡independència!” y rompieron el silencio de la sala. Algunos asistentes levantaron esteladas de manera discreta, mientras el president del Parlament, Josep Rull, se sumaba a los aplausos y al clamor independentista. 

El President Illa rodeado de independentistas, adoptó una actitud institucional respetuosa ante esta especie de escarche político desde la quinta fila, escuchando los gritos y los vítores independentistas, vertidos por los presentes y secundados entre sonrisas cómplices de los ex presidents, Artur Mas y Pere Aragones que fueron sentados juntos.

Òmnium: puente cultural y lanzadera política

En su intervención, Xavier Antich recordó a todos los presidents presentes –incluido Carles Puigdemont, que siguió la ceremonia a distancia por octavo año consecutivo– y enfatizó la importancia de la lengua como vínculo de cohesión nacional.

Citando a Pasqual Maragall, dijo: “Para mí, la nación es la lengua. Si somos una nación es sobre todo porque tenemos una lengua propia. Òmnium sabe que, para trabajar por la nación y fortalecer el sentimiento de pertenencia, hay que seguir haciendo de la lengua un instrumento de cohesión social.”

El homenajeado: Pere Lluís Font y su reivindicación de la libertad

Al recoger el galardón, Pere Lluís Font aprovechó para extender el honor recibido “a todos aquellos que han trabajado con mentalidad de corredores de fondo por la libertad y el esplendor de nuestro pueblo en el contexto de los pueblos europeos”. El filósofo defendió que Catalunya es, ante todo, “una nación porque tiene una lengua propia”.

Durante su intervención lanzó una advertencia contra el autoodio y la dependencia cultural: “La servidumbre voluntaria, como diría el clásico, demuestra que la más difícil de las revoluciones es la mental. Lo peor de nuestros males es el autoodio, nuestra interiorización de la dependencia… No puedo concebir nuestra nación al margen de nuestra lengua.”

Font también rechazó el modelo lingüístico irlandés de “residualización”, aun teniendo independencia, y provocó grandes aplausos al defender un catalán vivo y expansivo como eje del proyecto nacional.

A pesar de sus reservas, el President Salvador Illa apostó por estar presente en una cita que combinó cultura, filosofía y reivindicación política, y que terminó con un himno y un clamor que reflejan el pulso permanente en el corazón del nacionalismo catalán.

Una vez concluida la ceremonia, el president abandonó discretamente el recinto, junto a la consellera de Cultura, Sònia Hernández, y el conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila. Sin hacer declaraciones, Illa dejó claro que, en su intento de tender puentes con el mundo cultural, también debe convivir con las corrientes independentistas organizadoras de eventos de este tipo.