Barcelona marca perfil propio dentro de ERC
Después de meses marcados por la división interna, Oriol Junqueras consolida su autoridad al frente de ERC.
El partido ha completado la renovación de sus 13 federaciones territoriales con un resultado claro: 10 de ellas estarán lideradas por equipos afines a Junqueras, dos por ejecutivos de consenso, y solo una –Barcelona– ha quedado en manos de los sectores críticos.
Este proceso era clave para mesurar el peso real de Junqueras en el territorio después de su reelección como presidente de ERC el diciembre pasado, con solo un 52% de los votos. Con el nuevo mapa, el balance es claramente favorable a la actual dirección, que ha priorizado los acuerdos y la integración para evitar nuevas escisiones internas.
De hecho, en lugares donde se esperaba una confrontación, como Girona o lo Camp de Tarragona, se ha optado por ejecutivas de consenso con dirigentes que, hasta hace poco, se oponían a Junqueras. Es el caso de Pau Presas y Noemí Llauradó, que hace un año firmaron un manifiesto en contra de su reelección, pero que ahora han pactado con la oficialisme.
“Solo hay un partido, que es ERC. Ahora toca centrar las municipales”, han expresado fuentes de la dirección para remarcar el cambio de fase. Esta voluntad de estabilidad también se evidencia en otro hecho: en solo tres federaciones se han celebrado primarias, mientras que en las otras manantial solo se ha presentado una candidatura.
El único feudo donde los críticos han ganado claramente ha sido Barcelona, donde la candidatura de Cruz Camacho ha superado por solo 14 votos la de Eva Baró, alineada con Junqueras. Una victoria agridulce para los sectores opositores: consiguen dirigir la federación con más militantes, pero no pueden exhibir triunfos al resto del territorio.
Este resultado hace de Barcelona uno de los principales focos a seguir en los próximos meses. Camacho ha rechazado integrar miembros de la candidatura rival a la ejecutiva, a pesar de que, de momento, las dos partes mantienen una convivencia institucional. Esta semana mismo, Camacho y Elisenda Alamany, número dos de Junqueras, han participado plegadas en un acto local.
La gran incógnita que marcará el futuro en Barcelona será la elección del candidato para las municipales. Alamany se plantea liderar la lista, pero tendrá que pasar por primarias. Será entonces cuando se podrá ver si la paz interna es real o solo aparente.
Con este nuevo escenario, ERC busca estabilizar para afrontar con garantías las elecciones municipales del 2027, consideradas claves para revertir el ciclo electoral adverso iniciado el 2023. Según admiten voces del partido, si los resultados no acompañan, el debate interno podría volver a aflorar con fuerza.
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