El independentismo dividido por la defensa del catalán: hay que defender la lengua con un boicot silencioso o vandalismo?
Un sector del independentismo catalán cree que a los agravios a la lengua hay que responder “físicamente” con actos vandálicos mientras que otro apuesta para dejar de consumir como medida más efectiva para defender la lengua a los tejido empresarial
El vandalismo sufrido por una heladería en el barrio de Gracia, Barcelona, ha reabierto una brecha en el movimiento independentista.
El establecimiento, denominado Dellaostia, fue vandalitzat con pintadas y pegatinas después de una denuncia viral en las redes sociales por una supuesta discriminación lingüística. Un sector del independentismo defiende la acción directa y "física", mientras que otro aboga por el boicot silencioso como medida más efectiva para defender la lengua catalana.
El pasado 19 de agosto, un consejero de ERC, Guillem Roma, denunció a X que una amiga suya había sido increpada para hablar en catalán al local. La noticia se extendió rápidamente, generando críticas y llamamientos a una respuesta contundente.
El exdiputado de la CUP, Antonio Baños, llegó a escribir: "Este local es nuestro enemigo. Hasta que se cierre!". En la misma línea, David Casas, regidor también de la #CUP, defendía que para "#hacer respetar hay que responder físicamente". Algunos usuarios incluso sugirieron medidas más extremas, como incendiar el local.
El día siguiente, la heladería apareció con pintadas con mensajes como "fascistas de mierda" y pegatinas que decían "Este local no respeta el catalán". Curiosamente, se encontraron carteles en catalán en la fachada que explicaban el proceso de elaboración de los helados.
El debate se divide entre la protesta "física" ( vandalismo) y el boicot silencioso
El ataque vandálico ha dividido el independentismo catalán. Mientras una parte lo aplaude, otra el condena, considerándolo contraproducente. Toni Soler, productor audiovisual próximo a ERC, argumentó que estas acciones "solo alimentan el victimismo" y que la respuesta más efectiva es "mantener el catalán y no consumir donde no se lo respeta". El librero Marçal Font se unió a esta crítica, afirmando que "atacar negocios ha estado siempre cosa de fascistas".
Sin embargo, otras voces defienden que el boicot no es suficiente. Joan Galve opinó que "no genera ningún perjuicio real" y que es necesario "probar otras vías".
Así, el debate estratégico dentro del independentismo se centra en dos posturas opuestas: la de la acción directa y contundente ( vandalismo), y la de la resistencia pacífica a través del consumo responsable y el boicot silencioso. De la libertad a habla la otra lengua oficial en Cataluña, el castellano, ninguna mención.
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