Montero: “Me siento profundamente traicionada, dolida e indignada con el señor Santos Cerdán”

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, llegó a afirmar que ponía la mano en el fuego sobre su inocencia.

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La vice-presidenta primera i ministra d'Hisenda i secretària general del PSOE-A, María Jesús Montero - Archivo - Europa Press

 

En un momento de tensión interna y desgaste social por el caso Cerdán, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha roto su silencio. Este domingo, visiblemente afectada, ha expresado su sentimiento de traición, dolor e indignación hacia el exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, implicado en una presunta trama de comisiones irregulares.

Desde Écija (Sevilla), donde ha participado en la inauguración de una casa del pueblo socialista, Montero ha subrayado que, pese al golpe, el proyecto político del gobierno progresista sigue vivo y es necesario.

 

Dolor y decepción ante una figura clave

"Me siento profundamente traicionada, dolida, indignada con el señor Santos Cerdán", ha declarado con rotundidad Montero, quien había defendido públicamente la inocencia del exdirigente. Estas palabras marcan un duro giro en la relación con quien fue una figura clave en la estructura interna del partido y una persona de confianza en la cúpula socialista.

Cerdán anunció el pasado jueves su dimisión inmediata y la renuncia al acta tras la publicación de audios comprometedores que apuntan a su supuesta implicación en el cobro de comisiones ligadas a adjudicaciones de obras públicas. Las grabaciones están en manos de la Guardia Civil y forman parte de una investigación en curso.

Llamamiento a la dignidad y a la regeneración

Montero ha contrastado la conducta de Cerdán con la de "tantos alcaldes, concejales, ministros que se dejan la piel" y que hacen política “casi sin vida personal” para afrontar los desafíos del país. Esta comparación, cargada de emotividad y de ética pública, subraya la necesidad de mantener la exigencia y la coherencia personal dentro del partido.

Nos provoca rechazo, repugnancia”, ha afirmado refiriéndose a comportamientos como el atribuido a Cerdán. “Aspiramos a una trayectoria impecable en el uso del dinero público”, ha añadido, en una clara defensa de los valores de transparencia y responsabilidad que, según ella, el PSOE mantiene como línea roja.

Defensa del Gobierno y de la reacción socialista

A pesar de la crisis política y mediática generada, Montero ha defendido la continuidad del gobierno de coalición con Sumar, insistiendo en que “hay muchas razones para seguir adelante”. Ha recordado hitos económicos y sociales como los casi 22 millones de personas trabajando, el aumento del salario mínimo interprofesional y de las pensiones, o el crecimiento de la economía española por encima de la media europea.

En ese sentido, ha querido transmitir un mensaje de confianza en el proyecto progresista de Pedro Sánchez: “Sobran los motivos”, ha afirmado, argumentando la necesidad de seguir gobernando con responsabilidad y ambición transformadora.

Un mensaje de autocrítica y firmeza

Aunque no existe aún imputación formal alguna, Montero ha recalcado que “hemos actuado con contundencia” y que el PSOE ha apartado de inmediato cualquier indicio de corrupción, como en el caso de Cerdán. “Hemos pedido perdón, el presidente lo ha hecho en primera persona”, ha subrayado, reconociendo los errores cometidos en su elección, pero reivindicando la capacidad de respuesta del partido.

También ha defendido que “el Gobierno no conocía la existencia de los audios” y ha señalado que algunos actores sí disponían previamente de esa información, cuando aún estaba bajo secreto de sumario. Este hecho ha servido a Montero para reivindicar que “este gobierno no tiene una policía patriótica” y que el funcionamiento del Estado de derecho es, precisamente, una garantía democrática.

“Las personas engañan”: el reto de la corrupción

Montero ha sido realista al reconocer que “no podemos garantizar un caso de corrupción cero”, porque “las personas engañan” y pueden desprestigiar las siglas que representan. Sin embargo, ha vuelto a poner en valor la reacción inmediata del PSOE como muestra de tolerancia cero y regeneración política ante cualquier sombra de sospecha.

A la espera de que Santos Cerdán se defienda ante los tribunales —él niega la veracidad de los audios—, la ministra ha dejado clara la voluntad de pasar página, pero con responsabilidad, dolor y una apuesta firme por la limpieza institucional.

Este episodio marca, sin lugar a dudas, un punto de inflexión dentro del PSOE y genera un profundo debate sobre la confianza, la transparencia y la regeneración democrática. El gobierno de Sánchez, pese a las turbulencias, mantiene el rumbo e intenta reforzar su credibilidad con hechos, autocrítica y compromiso institucional.

 
 
 
 

 

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