España resiste la presión de Trump y evita duplicar el gasto en defensa

El anuncio llega tras intensas negociaciones diplomáticas y la firma de un acuerdo político con el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, que garantiza a España una “ruta soberana” para cumplir sus compromisos defensivos dentro de la organización.

El pacto se cerró el sábado por la noche, después de que Moncloa rompiera el jueves el plazo para aprobar por silencio positivo la declaración final de la cumbre de la OTAN en La Haya. España solicitó aclaraciones formales para evitar ambigüedades, y obtuvo finalmente una carta oficial de Rutte que deja constancia de que no estará obligada a alcanzar el umbral del 5%. En respuesta, Sánchez ha enviado una misiva en la que acepta la declaración final de la cumbre, “en el entendimiento” de que España cumplirá los objetivos de capacidades con su propio calendario y porcentaje.

Tres motivos clave para rechazar el 5%

En su intervención pública, Pedro Sánchez ha detallado las tres razones de fondo que explican la decisión del Gobierno de mantener su gasto militar en torno al 2,1% del PIB:

1. Un aumento que no aporta más seguridad

El Ejecutivo considera que duplicar el gasto en defensa no garantiza una mejora proporcional en la seguridad nacional ni en la cohesión de la Alianza Atlántica. A juicio del Gobierno, esa subida supondría desviar fondos públicos hacia la industria armamentística internacional sin garantizar una mayor eficacia ni autonomía estratégica.

“No tiene sentido despilfarrar millones de euros si eso no se traduce en una mayor protección ni en una alianza más sólida”, ha subrayado Sánchez.

2. Un esfuerzo económico desproporcionado

Según cálculos del propio Ejecutivo, alcanzar el 5% implicaría destinar alrededor de 350.000 millones de euros adicionales, una cifra que tendría efectos directos sobre la deuda pública, el déficit estructural y el crecimiento económico. La medida exigiría adoptar políticas fiscales regresivas, como subidas de impuestos o recortes en sanidad, educación y protección social.

El Gobierno insiste en que mantener una política de gasto responsable permite compatibilizar la inversión en defensa con un modelo económico estable y equitativo.

3. Un modelo incompatible con el Estado del bienestar

Sánchez ha sido claro: duplicar el gasto en defensa es incompatible con la visión de país que defiende su Gobierno. La apuesta española es por una seguridad compartida y una autonomía estratégica europea basada en la cooperación, la inversión eficiente y el desarrollo industrial propio.

España, asegura Moncloa, no renunciará a su modelo social ni a los valores democráticos y pacifistas que guían su política exterior, aunque ello suponga discrepar del rumbo propuesto por otros aliados dentro de la OTAN.

Diplomacia firme, compromiso intacto

El acuerdo alcanzado entre Sánchez y Rutte, formalizado mediante intercambio de cartas interpretativas, ha permitido desbloquear la declaración final de la cumbre de la OTAN, que ha sido finalmente aprobada por todos los aliados sin objeciones.

El nuevo marco reconoce que cada Estado miembro tiene derecho a definir su propio camino hacia los objetivos de capacidades, respetando las circunstancias y prioridades de su política nacional. Para España, esto se traduce en un compromiso gradual y sostenido, que se revisará en 2029 conforme evolucione el escenario internacional.

Moncloa ha querido subrayar que este pacto no supone ninguna desafección hacia la OTAN. España mantendrá su implicación militar, sus tropas, sus infraestructuras y su cooperación operativa, con un enfoque centrado en la diplomacia, la estabilidad y la solidaridad internacional.

“Este acuerdo es bueno para España, para la OTAN y para Europa. Demuestra que se puede defender la seguridad común sin renunciar a los valores sociales ni a la soberanía democrática”, ha afirmado Sánchez al cierre de su comparecencia.