Illa y Pradales piden a ministros de Exteriores de la UE la oficialidad del catalán, gallego y euskera

La misiva, redactada en inglés y enriquecida con referencias a autores e intelectuales que escribieron en estas lenguas, argumenta que, tras 40 años desde la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea

|
Archivo - El presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y el lehendakari del País Vasco, Imanol Pradales, a su llegada a la XXVII Conferencia de Presidentes, en el Palacio de la Magdal
La misiva, redactada en inglés y enriquecida con referencias a autores e intelectuales que escribieron en estas lenguas, argumenta que, tras 40 años desde la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (Europa Press)

 

Los presidentes de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y el lehendakari del País Vasco, Imanol Pradales, han enviado este jueves una carta conjunta a los ministros de Exteriores de los 27 países de la Unión Europea. El mensaje es claro y contundente: ha llegado el momento de que el catalán, el gallego y el euskera sean reconocidos como lenguas oficiales de la Unión.

Cuatro décadas esperando el reconocimiento pleno

La misiva, redactada en inglés y enriquecida con referencias a autores e intelectuales que escribieron en estas lenguas, argumenta que, tras 40 años desde la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (actual UE), es la hora de "completar el proceso de reconocimiento de sus lenguas oficiales como plenamente oficiales en las instituciones europeas".

Illa y Pradales justifican esta solicitud basándose en la singularidad lingüística de España, en el hecho de que es una petición iniciada hace años y en las garantías ya ofrecidas a los Estados miembros. Consideran que estos argumentos deberían ser suficientes para resolver lo que califican de "una anomalía fácilmente abordable". Recuerdan que esta cuestión ya se abordó en 1985, durante las negociaciones de adhesión, y aunque el debate se pospuso, "la reivindicación de la igualdad de derechos lingüísticos nunca desapareció". Como ejemplo de los avances ya logrados, mencionan los acuerdos de 2005 que permiten el uso de estas lenguas en las instituciones comunitarias. Los mandatarios subrayan que el catalán, el gallego y el euskera son hablados a diario por millones de personas y poseen niveles de producción cultural y comunicativa "plenamente comparables a los de otras lenguas ya reconocidas como oficiales" en la UE.

El pilar multilingüe de España y Europa

Illa y Pradales defienden que la historia, la cultura y la identidad nacional españolas están profundamente arraigadas en su multilingüismo, una característica que, según ellos, también define a Europa. Afirman rotundamente que "Europa y España no podrían entenderse sin las aportaciones contemporáneas del catalán, el gallego y el vasco". Los presidentes recuerdan que el reconocimiento del multilingüismo en España ha sido una historia compleja, marcada por "períodos oscuros de negación e incluso represión de la diversidad". Sin embargo, con la restauración de la democracia, estas lenguas recuperaron su estatus y, respaldadas por la Constitución, se han convertido en lenguas plenamente oficiales, "utilizadas en todos los ámbitos de la sociedad y sirviendo como pilares fundamentales de la cohesión y la estructura social".

Una cuestión de justicia lingüística

Ambos presidentes consideran esta reivindicación como un acto de justicia lingüística que cuenta con un amplio apoyo social. Argumentan que se trata de ampliar los principios fundacionales de la UE, y que "sería difícil explicar a la ciudadanía española" por qué este asunto no se ha podido resolver satisfactoriamente hasta ahora. Se preguntan retóricamente: "¿Cómo podríamos justificar ante la ciudadanía que una Unión Europea fundada en el principio de 'Unidos en la diversidad' imponga un modelo de 'un estado, una lengua' a una ciudadanía que se identifica democráticamente como miembro de un Estado multilingüe?". Para los mandatarios, lograr la oficialidad de estas lenguas es también una forma de fortalecer el compromiso y la identificación de la ciudadanía con la UE. Defienden que este reconocimiento sería "la señal más clara por parte de las instituciones europeas" de que "ha llegado el momento de completar un proceso de cuatro décadas" y "ha llegado el momento de fortalecer Europa y su diversidad".

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA