Pedro Sánchez presume de una economía "francamente positiva" y descarta una crisis en el Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido este lunes desde el Palacio de Marivent, tras su tradicional despacho de verano con el rey Felipe VI, con un mensaje centrado en la buena marcha económica del país y la necesidad de seguir avanzando en la lucha contra la desigualdad.

Sánchez ha calificado la situación económica actual como “francamente positiva” en comparación con otras economías europeas e internacionales. Ha destacado que las últimas cifras de la contabilidad nacional invitan al optimismo, y ha recordado que el Fondo Monetario Internacional sitúa a España como la economía más dinámica de la eurozona por segundo año consecutivo.

Entre los principales logros, ha citado la superación de los 20 millones de personas ocupadas, el mejor dato de paro desde 2008 y un crecimiento del empleo de 580.000 nuevos puestos en el último año. También ha subrayado la mejora en la reducción de la temporalidad laboral, aunque ha admitido que la desigualdad sigue siendo el gran reto, con especial preocupación por la pobreza infantil y las dificultades de acceso a la vivienda.

En este último punto, Sánchez ha apelado a las comunidades autónomas que aún no aplican la Ley de Vivienda —en alusión velada al PP— a que lo hagan. Ha defendido que, en los territorios donde sí se aplica, ya se están viendo mejoras.

En el plano internacional, ha abordado junto al rey los avances en materia de acuerdos comerciales, como el que se negocia con Estados Unidos y el tratado con Mercosur, que considera de gran interés para España.

En el ámbito social, ha destacado la aprobación de los nuevos permisos de paternidad y maternidad, que calificó como un paso importante hacia la igualdad y especialmente relevante para familias monoparentales.

Preguntado por la situación del fiscal general del Estado, Sánchez se ha limitado a remitirse a lo expresado por el Consejo de Ministros, mostrando su respaldo a la actual dirección.

Respecto a un posible cambio de Gobierno en septiembre, el presidente lo ha descartado tajantemente: “Hay mucha legislatura por delante y no habrá crisis de Gobierno”. Ha defendido el trabajo de sus ministros en un contexto complejo y ha apuntado al “buen funcionamiento de la economía y las políticas de reforma” como prueba de la estabilidad del Ejecutivo.