Pedro Sánchez presenta su propuesta de pacto de Estado para hacer frente al cambio climático
Diez compromisos para reforzar prevención, coordinación y resiliencia frente a incendios, olas de calor y fenómenos climáticos extremos en toda España
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido este lunes un gran pacto de Estado frente a la emergencia climática, tras un verano que ha dejado 130 incendios, 330.000 hectáreas arrasadas —“casi seis veces la isla de Ibiza”—, evacuaciones masivas y graves daños en decenas de municipios.
Sánchez destacó que se ha realizado “el mayor despliegue humano y técnico jamás puesto en marcha en España” y fijó tres prioridades inmediatas: extinguir los fuegos aún activos, transferir ayudas para la reconstrucción y recuperación de los municipios afectados, y trabajar para que esta tragedia no vuelva a repetirse. Subrayó que los “incendios de sexta generación” no se apagan en verano, sino en invierno y otoño, con prevención y gestión del territorio.
El presidente advirtió de que la emergencia climática ya es una realidad innegable: un tercio del verano bajo ola de calor, 59 récords de temperatura, un 17% más de muertes vinculadas al calor, sequías que afectan al 40% del territorio y unas pérdidas materiales que alcanzan los 32.000 millones de euros, “el equivalente al presupuesto en educación”. “El cambio climático mata”, alertó.
Para responder a este desafío, Sánchez presentó una propuesta con diez compromisos concretos:
Fondos permanentes estatales y autonómicos para acelerar la reconstrucción de paisajes golpeados por fenómenos extremos y financiar labores de limpieza, acondicionamiento y prevención.
Refuerzo estable de medios técnicos y humanos durante todo el año: bomberos, brigadas forestales y personal de emergencias con contratos estables, entendiendo que “cada euro ahorrado en prevención son cientos gastados en respuesta”.
Creación de una Agencia Estatal de Protección Civil y Emergencias que mejore la coordinación y garantice una toma de decisiones más eficaz en crisis.
Nuevo modelo de gestión forestal adaptado al siglo XXI, con reforestación mediante especies resilientes al calor, bosques mixtos y aprovechamiento sostenible de residuos forestales.
Respuesta nacional de resiliencia hídrica, con actualización de planes hidrológicos, normativa territorial e infraestructuras adaptadas para hacer frente a sequías e inundaciones.
Plan de adaptación a olas de calor, con una red nacional de refugios climáticos, corredores de sombra, más espacios verdes y medidas específicas para proteger a trabajadores y colectivos vulnerables.
Reconocimiento y refuerzo del papel del mundo rural, con servicios y recursos destinados a la bioeconomía, la repoblación y la gestión sostenible del territorio.
Impulso a la agroforestería y prácticas sostenibles como pastoreo, riego eficiente y otras iniciativas que fortalezcan la prevención.
Programa nacional de formación en protección civil y emergencias en todos los centros educativos no universitarios para crear una cultura de prevención y reacción social.
Compromiso de todas las administraciones y agentes sociales para acelerar la transición ecológica, con mayor ambición en Europa y cooperación sostenida entre todos los niveles de gobierno.
“El negacionismo climático en parte de la clase política es preocupante”, advirtió Sánchez, antes de llamar a “apagar el ruido” y sentarse a negociar este pacto como una política de Estado que implique a todos los sectores de la sociedad.
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