Mazón critica a Albares por el valenciano mientras consiente su recorte en Alicante
Mientras defiende el valenciano ante Albares, el Consell ha reducido su presencia en la enseñanza y en la administración municipal
El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha exigido este miércoles la “dimisión o la rectificación inmediata” del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tras sus declaraciones en Onda Cero en las que afirmó que solo el catalán, el gallego y el euskera serán lenguas oficiales de la Unión Europea, excluyendo al valenciano. Mazón ha defendido con contundencia que “no somos una comunidad autónoma de segunda” y ha reclamado disculpas públicas del ministro y del Gobierno.
Sin embargo, esta postura choca con decisiones recientes del propio gobierno de Carlos Mazón en la Comunitat Valenciana. En municipios como Alicante, donde el PP está al mando junto con Vox, se ha aprobado un cambio de estatus lingüístico que clasifica a la ciudad como de predominio castellano, modificando así su consideración anterior dentro de la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano. Este cambio implica que el valenciano pierde peso institucional y simbólico en la administración local y en la educación, lo que ha generado críticas de asociaciones culturales y lingüísticas.
Además, la aprobación de la Ley de Libertad Educativa por parte del Consell ha permitido que las familias elijan la lengua vehicular en la enseñanza de sus hijos, y en la práctica, la mayoría ha optado por el castellano, reduciendo la presencia del valenciano en las escuelas y limitando su transmisión a las nuevas generaciones. Estos movimientos reflejan un giro en la política lingüística de la Generalitat valenciana, que, según expertos, podría debilitar la normalización del valenciano en el territorio, generando tensiones con las reivindicaciones de identidad y cultura propias de la comunidad.
La reacción de Mazón frente a Albares contrasta con estas políticas internas. “No pertenecemos a los Països Catalans de nadie, no nos falta capacidad de cultura, historia, lengua, tradición y tampoco españolidad”, ha declarado el president valenciano, en un mensaje que ha generado críticas por lo que algunos consideran una incoherencia entre sus exigencias a Madrid y las medidas aplicadas en su propio territorio que está gobernando.
El origen de la polémica con Albares se remonta a la entrevista concedida a Carlos Alsina, donde el ministro defendió la oficialidad del catalán, gallego y euskera como “absolutamente irrenunciable e irreversible” y afirmó que actualmente 20 de los 27 miembros de la UE apoyan al Gobierno en esta cuestión. Preguntado sobre el valenciano, Albares se limitó a señalar que el Ejecutivo solo ha solicitado la oficialidad para catalán, gallego y euskera.
Con esta doble polémica, Mazón se encuentra en el centro de un debate sobre la coherencia política en torno al valenciano: mientras exige respeto y reconocimiento a nivel europeo, sus decisiones locales han reducido la visibilidad y el uso del idioma en la Comunitat Valenciana.
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