Las oportunidades de Catalunya en el nuevo acuerdo UE–Mercosur

Tras casi 25 años de negociaciones, la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) han dado un paso decisivo: el Acuerdo de Libre Comercio definitivo, sellado políticamente el pasado 6 de diciembre de 2024 en Montevideo, ya avanza hacia su revisión jurídica y posterior ratificación.

|
Línea de embotellamiento de vinos del Penedès (Barcelona)
Uno de los sectores más beneficiarios sería el vino catalán/ Foto de Archivo

 

Tras casi 25 años de negociaciones, la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) han dado un paso decisivo: el Acuerdo de Libre Comercio definitivo, sellado políticamente el pasado 6 de diciembre de 2024 en Montevideo, ya avanza hacia su revisión jurídica y posterior ratificación. Este pacto, el mayor jamás suscrito por la UE, promete unir a más de 700 millones de consumidores en una enorme zona de libre intercambio, pero no estará exento de desafíos hasta su entrada en vigor.

Un recorrido de dos décadas


La historia de este tratado se remonta a 1999, cuando se pusieron en marcha las primeras conversaciones con tres ejes: diálogo político, cooperación y comercio. Tras una primera ronda en 2000 que quedó apenas esbozada, el proceso se estancó hasta 2010–2013, con avances modestos. Fue en 2016 cuando la negociación recibió un empujón decisivo, incorporando nuevos capítulos sobre servicios, contratación pública y propiedad industrial.

En junio de 2019 quedó plasmado un “principio de acuerdo” que, por primera vez, vinculó compromisos ambientales al Acuerdo de París. Sin embargo, fue en Montevideo el 6 de diciembre de 2024 donde las partes cerraron finalmente el texto político definitivo, con un ambicioso calendario de eliminación arancelaria y cooperación birregional.

Claves del acuerdo

 

Libre comercio real: 100 % de aranceles suprimidos para productos de Mercosur hacia la UE. 0 % arancel en el 90 % de los bienes europeos dirigidos a Mercosur. Cuotas exentas de impuestos para 45 000 t de miel, 60 000 t de arroz, 180 000 t de azúcar y 180 000 t de aves de corral.

Propiedad intelectual: Normas reforzadas para patentes, marcas y derechos de autor, buscando una mayor seguridad jurídica para innovadores y empresas en ambas regiones.

Cooperación política y ambiental: Compromisos concretos contra la deforestación y reducción de emisiones, alineados con el Acuerdo de París.

Transición ecológica y digital: La UE destinará 1 800 millones de euros a través de Global Gateway para proyectos verdes y tecnológicos en los países de Mercosur.

¿Quién gana y quién teme?


Para Mercosur, la UE es actualmente su principal cliente (20 % de sus exportaciones), y el nuevo marco se prevé disparará ventas, especialmente en agroalimentación. Para la UE, el tratado diversifica sus fuentes ante el creciente proteccionismo de EE. UU. y China, y garantiza acceso a materias primas estratégicas como hierro, cobre y litio.

Pese a ese beneficio mutuo, han surgido resistencias internas: en Europa, países como Francia, Austria y Polonia han denunciado riesgos fitosanitarios y medioambientales; en Sudamérica, las divergencias políticas —superadas finalmente con la llegada de Lula da Silva en Brasil y Javier Milei en Argentina— demostraron la volatilidad del proceso.

El reto de la ratificación


El texto debe traducirse a las 24 lenguas oficiales de la UE antes de finales de junio de 2025. Después, el Consejo de la UE deberá superar el umbral del 35 % de población que permitiría a una minoría bloquearlo, y el Parlamento Europeo votará con apoyo mayoritario de PPE, S&D y Renovar Europa, frente a la oposición de Verdes, Izquierda y grupos euroscépticos.

El calendario de implementación prevé desgravaciones escalonadas y la puesta en marcha de los fondos de cooperación, pero su éxito final dependerá de la habilidad política en Bruselas y en los parlamentos nacionales para aplacar temores y resolver los últimos flecos.

Perspectivas para Catalunya


Para la industria catalana, el acuerdo abre oportunidades en sectores tan variados como la maquinaria, la automoción y los vinos, donde Catalunya ya lidera exportaciones. Asimismo, las startups tecnológicas y los proyectos de energía verde podrán beneficiarse de los fondos Europeos de Global Gateway destinados a digitalización y transición ecológica en Mercosur.

En definitiva, el Acuerdo UE–Mercosur no solo redefine el comercio intercontinental, sino que ofrece a Catalunya un escenario inédito de crecimiento y diversificación de mercados. Su implementación marcará, sin duda, el próximo gran desafío para nuestras empresas y para la proyección internacional del territorio.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA