Junts se desangra en Sabadell: una crisis interna expone la debilidad del partido

La pugna interna entre Francesc Baró y Lluís Matas desgarra el partido mientras la dirección nacional de Turull presiona para marcar perfil propio ante las municipales de 2027

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Lluís Matas, de Junts per Sabadell
Lluís Matas, de Junts per Sabadell - CANVA

 

La continuidad de Junts en el gobierno municipal del PSC en Sabadell ha dejado al descubierto una profunda división interna en la formación, que se arrastra desde hace años pero que se intensificó con la llegada de Francesc Baró a la presidencia de la ejecutiva local en 2024. Desde entonces, existe un claro enfrentamiento entre el sector liderado por Baró, partidario de romper con los socialistas, y el grupo municipal encabezado por Lluís Matas.

Desde 2019, Matas ha mostrado una actitud cercana al gobierno socialista de Marta Farrés. Aunque Farrés logró la mayoría absoluta en 2023, Junts entró en el ejecutivo con dos regidores, lo que provocó una crisis interna, ya que gran parte de la militancia se oponía a pactar con los socialistas.

La tensión ha ido en aumento hasta que la ejecutiva local, presidida por Baró, promovió una votación para salir del gobierno, que ganó con el 80% de los votos. Ahora dan un plazo de tres meses al PSC para cambiar la política municipal, o forzarán a los regidores de Junts a abandonar el ejecutivo.

Matas, en minoría clara, acusó irregularidades tras llamar al boicot, y la participación fue baja, con sólo 45 de los 100 militantes convocados. A pesar de ello, sigue defendiendo su gestión y la necesidad de continuar en el gobierno.

Una estrategia territorial confusa

Este conflicto supera la política municipal, pues la ejecutiva local sigue la estrategia territorial de Junts, dirigida por Jordi Turull, con la intención de marcar perfil propio frente al PSC, rival principal a nivel autonómico. Las municipales de 2027 serán clave como antesala de las catalanas de 2028, donde Puigdemont competirá con Illa.

Junts está en plena crisis territorial por la errática estrategia municipal dictada desde Waterloo. La política de pactos tras las elecciones de 2023 fue un desastre que dejó al partido casi sin poder territorial, agravado por el auge de Aliança Catalana y el hundimiento del espacio procesista.

Además, los problemas se extienden a otros municipios como Ripoll, Tarragona y Vilassar de Mar, donde las órdenes de Waterloo han provocado conflictos y bloqueos a pactos, reflejando un Junts dividido y debilitado justo cuando se acercan elecciones clave.

Mientras tanto, Puigdemont sigue sin candidato para la alcaldía de Barcelona, y la formación muestra una debilidad manifiesta con crisis y divisiones internas en sus estructuras locales.

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