Salud mental

Día Mundial de la Salud Mental: "El cerebro no lleva ningún tipo de vendaje que alerte de que algo no va bien"

Con el paso de los años, la salud mental se ha ido visibilizando más y el estigma a las personas que necesitan ayuda ha ido disminuyendo, pero siguen faltando más ayudas y recursos.

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EuropaPress 3203458 mujer deprension frente ventana casa confinamiento salud mental covid 19

 

EuropaPress 3203458 mujer deprension frente ventana casa confinamiento salud mental covid 19

 

El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, un tema que en los últimos años ha ido cogiendo una dimensión mayor debido al grave aumento de casos de personas con problemas de salud mental en todo el mundo y porque los famosos que tienen cierta influencia han empezado a hablar más abiertamente sobre ello. 

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como "un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad". No obstante, puede darse el caso de que se desarrollen problemáticas o enfermedades entorno a la salud mental, generalmente por dos motivos: por causas endógenas, es decir, cuando se tiene una cierta predisposición genética para desarrollarla, entre las que se incluiría por ejemplo la esquizofrenia o la bipolaridad, o bien por causas externas, como el contexto en el que convive la persona, que puede acabar desembocando en trastornos de ansiedad o depresión. 

 

En este último caso, el porcentaje de personas que sufren trastornos mentales es bastante superior, y si hay un elemento que ha impactado de lleno en la salud mental, este ha sido sin duda la pandemia por Covid-19. Durante dos años, la vida prácticamente se paró y provocó un auge de preocupaciones en todo el mundo: vigilar para no infectarse, tener cuidado para no pasar el virus a las personas del entorno, inseguridad laboral, temor a la muerte... Fue una época que provocó graves estragos en la salud mental. 

 

"Los determinantes sociales están impactando fuerte en la salud mental. Ya lo vimos en crisis económicas anteriores, y ahora en el contexto de la pandemia. No tenemos una estructura que pueda soportar bien estas situaciones de malestar emocional y algunas acaban en situaciones de mayor complejidad", explicaba para CatalunyaPress Marta Poll, la directora de la Fundació Salut Mental Catalunya (SMC).

 

De hecho, según un informe científico publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el primer año de la pandemia aumentó un 25% la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión.

 

 

Según este informe, las personas que más se vieron afectadas en el ámbito de la salud mental fueron las mujeres y los jóvenes: "Las mujeres se vieron más afectadas que los hombres, y las personas más jóvenes, especialmente las de 20 a 24 años, se vieron más afectadas que las personas mayores".

 

Dr. Joan Alavarós: "A raíz de la pandemia se han incremento las consultas sobre ansiedad"

 

"Los trastornos mentales graves se han mantenido relativamente estables como antes de la pandemia por Covid-19, pero es cierto que a raíz de la pandemia ha habido un incremento de consultas por temas de ansiedad, depresión u otro tipo de sintomatología vinculada al malestar de la vida", detallaba para CatalunyaPress el Doctor Joan Alvarós Costa, director de la Red de Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu.

 

Ante este auge de trastornos de salud mental, no es de extrañar que el número de llamadas al 061 haya recibido en 2021 casi 6.000 llamadas por alguna idea suicida, una media de entre 15 y 18 llamadas al día. 

 

Pero el Covid no ha sido el único motivo que ha aumentado los casos de enfermedades mentales. El contexto con el que convivimos también influye de sobremanera. "La salud mental es una problemática transversal y el modelo de atención pública no puede pivotar solo desde el ámbito sanitario. Necesitamos políticas sociales, educativas, de ocupación y vivienda que son tan o más importantes que las otras", explicaba Marta Poll

 

El doctor Joan Alvarós coincidía también en esta idea: "Una buena política de bienestar social es preventiva para evitar los síntomas de mala salud mental".

 

Tener una vivienda asegurada, un trabajo digno o poder hacer la cesta de la compra sin dejarse el sueldo entero son tan solo una serie de elementos básicos que, desgraciadamente, no están asegurados y que favorecen la aparición de trastornos como la ansiedad. 

 

EVOLUCIÓN EN LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS

 

La salud mental no ha sido siempre un tema tan importante en la agenda política. En Catalunya, la primera vez que se tuvo verdaderamente en cuenta fue en 2006, cuando implementaron el Plan Director de Salud Mental y Adicciones (PDSMiA). Lo que se proponía era "un modelo de atención a la salud mental con una visión amplia del conjunto del sistema de salud y propuestas amplias que incluyen aspectos de promoción y prevención, tratamiento, rehabilitación e inserción social y laboral de las personas afectadas". 

 

En 2010 se impulsó el Plan Integral de atención a las personas con trastornos mentales y adicciones, de la mano de otros departamentos de la Generalitat. Además, también se dio un impulso a las acciones de protección y promoción de la salud mental y adicciones mediante el Plan Interdepartamental e Intesectorial de Salud Pública.

 

Otra de las líneas de actuación que está llevando a cabo en la actualidad es el Plan de Prevención del Suicidio (PLAPRESC) 2021-2025, con el que se pretende reducir la tasa de tentativas y muertes por suicidio en más de un 15% -y un 20% en grupos prioritarios- de aquí a 2030. 

 

Pero estos planes no sirven de nada si no hay una inversión detrás que respalden y permitan todos los planes. En Catalunya, la inversión en salud mental ha ido creciendo en los dos últimos años, sobre todo a raíz de la pandemia. Este último año se añadieron 80 millones, dedicando así al ámbito de la salud mental 505,1 millones de euros (un 10,4% más que en 2020). 

 

Archivo - El conseller de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, en una imagen de archivo.
El conseller de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon / @EP

 

A este presupuesto se le tiene que sumar la ayuda desde el Estado, ya que España ha puesto en marcha el Plan de Acción de Salud Mental 2022-2024, en el que prevé invertir 100 millones de euros hasta 2024 a repartir entre las comunidades autónomas para reforzar este ámbito tan importante.

 

La inversión ha ido aumentando, pero queda la sensación de que sigue sin ser suficiente. "Siempre se puede hacer más, pero hemos avanzado bastante respecto a cómo estábamos. Yo creo que la salud mental aún no esta equiparada al resto de especialidades médicas en cuanto a dotaciones, por lo tanto, el dinero invertido en salud mental es inferior respecto a los países de nuestro entorno. Sin embargo, a nivel planetario estamos en una situación privilegiada", explicaba el Doctor Joan Alvarós Costa.

 

DATOS SORPRENDENTES SOBRE SALUD MENTAL

 

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CAMBIO DE MENTALIDAD EN LA SOCIEDAD

 

Hace unos años, la salud mental estaba vista desde un punto de vista discriminatorio e incluso estigmatizado. Si alguien confesaba que iba al psicólogo se trataba prácticamente como si fuera un loco. Afortunadamente, con el paso de los años ha ido cambiando el punto de vista. 

 

"La gente ha ido tomando consciencia de que esto no es una cosa que le pase a alguien muy lejano a mí, sino que es una problemática que me puede pasar a mi o a personas muy queridas de nuestro entorno. Se ha entendido que el mundo en el que vivimos genera malestar emocional y eso nos puede pasar a todos", comenta la directora de la Fundació Salut Mental Catalunya (SMC).

 

Catalunya press   simone biles
Simone Biles, la gimnasta estadounidense / @EP

Sin ir más lejos, una de las deportistas que puso el tema de la salud mental sobre la mesa fue Simone Biles. La gimnasta estadounidense decidió retirarse de la competición porque quería "centrarse en su salud mental". "Ya no confío tanto en mí misma. Tal vez sea por hacerme mayor. Hubo un par de días en los que todo el mundo te tuiteaba y sentías el peso del mundo. No somos sólo atletas. Somos personas al fin y al cabo y a veces hay que dar un paso atrás", declaraba la atleta. 

 

Este cambio de mentalidad ha permitido que las personas cada vez tengan menos reparo en pedir ayuda, que cada vez sea más visto como algo completamente normal, porque no somos máquinas, somos personas con sentimientos a quiénes les afecta lo que sucede a su alrededor. El problema es que la salud mental no se ve. Cuando alguien se rompe una pierna, el yeso es suficientemente grande como para entender que ha habido un daño importante, pero el cerebro no lleva ningún tipo de vendaje que alerte de que algo no va bien. Por lo tanto, es momento de dar un paso adelante y prevenir para no tener que curar.

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