¿Le dejas el móvil a tu hijo? Podrías estar causándole una enfermedad silenciosa

Un estudio masivo desmonta mitos y alerta: el uso de redes sociales en menores podría causar depresión

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Niños, smartphone   CANVA
Niños, smartphone - CANVA

 

Un nuevo estudio científico ha encendido todas las alarmas: dar acceso a teléfonos inteligentes y redes sociales como TikTok o Instagram a niños de entre 12 y 13 años podría contribuir al desarrollo de síntomas depresivos. Esta es la impactante conclusión de una investigación realizada por la Universidad de California en San Francisco, publicada en la revista científica JAMA Network Open.

Hasta ahora, muchos expertos creían que eran los niños tristes o vulnerables quienes buscaban refugio en las redes sociales. Sin embargo, el nuevo estudio, con datos de casi 12.000 menores de entre 9 y 12 años en EE.UU., ha desmontado esa teoría. Según los investigadores, los menores deprimidos a los 9 o 10 años no eran más propensos a usar redes sociales que otros a los 13 años.

Pero la verdadera alarma llegó con los datos de los preadolescentes de 12 y 13 años: cuanto más tiempo pasaban en redes sociales, más síntomas de depresión mostraban.

Las cifras que preocupan

En promedio, el tiempo en redes sociales pasó de 7 minutos diarios a más de una hora en solo unos años. Un crecimiento que, según el doctor Jason Nagata, experto en pediatría y autor principal del estudio, podría estar relacionado con problemas como el ciberacoso o la falta de sueño, factores que agravan el riesgo de depresión.

Mientras tanto, el 25% de los niños en Inglaterra ya presenta algún tipo de trastorno mental, frente al 20% registrado el año anterior. Además, datos anteriores citados en el estudio revelan que los niños que sufren ciberacoso tienen más del doble de probabilidades de intentar suicidarse en el plazo de un año.

“Decirles que apaguen el móvil no funciona”

“Como padre de dos niños pequeños, sé que simplemente decirles a los niños que ‘dejen el teléfono’ no funciona”, reconoció el Dr. Nagata. En cambio, recomienda establecer horarios sin pantallas en familia, especialmente durante las comidas o antes de dormir, y fomentar diálogos abiertos y sin prejuicios sobre el uso de dispositivos.

Aun así, no todos los expertos están convencidos. Chris Ferguson, profesor de psicología en la Universidad Stetson (Florida), considera que los resultados del estudio son demasiado débiles como para generar alarma. “Es probable que los efectos detectados se deban a ruido estadístico”, afirmó.

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