Dignidad, financiación e investigación: 30 de mayo, Día Mundial de la Esclerosis Múltiple

Cada 30 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, una iniciativa promovida por la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre esta enfermedad neurológica crónica que afecta a más de dos millones de personas en todo el mundo.

Un lema que se repite “Mi diagnóstico de Esclerosis Múltiple”

Para los años 2024 y también para este 2025, la campaña internacional se centra en el lema Mi diagnóstico de Esclerosis Múltiple, acompañado del eslogan Navegando juntos la Esclerosis Múltiple. Esta nueva temática pone el foco en la importancia de un diagnóstico temprano, preciso y acompañado, aspectos esenciales para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

La campaña también subraya la necesidad de continuar avanzando en la formación de los profesionales sanitarios y en la investigación científica, pilares clave para una detección más eficaz y un tratamiento más personalizado.

¿Qué es la Esclerosis Múltiple? ¿Cómo se manifiesta?

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad del sistema nervioso central que afecta al cerebro y la médula espinal. Se produce cuando el sistema inmunitario ataca la mielina, una sustancia que recubre y protege las fibras nerviosas, alterando la transmisión de los impulsos eléctricos entre el cerebro y el cuerpo.

Esta enfermedad suele manifestarse entre los 20 y los 40 años y tiene una mayor prevalencia en mujeres. Aunque sus causas aún se desconocen, factores como la predisposición genética y la latitud geográfica parecen influir en su aparición.

Las personas con esclerosis múltiple pueden sufrir síntomas muy diversos, por ello es conocida como la enfermedad de las mil caras.

Cada paciente puede experimentar síntomas distintos a otros pacientes que padecen la misma enfermedad, por ello es tan difícil de diagnosticar. De hecho, el diagnóstico se hace por descarte de otras enfermedades.

Síntomas frecuentes

Debilidad muscular

Alteraciones visuales

Hormigueo, picazón o entumecimiento

Problemas de coordinación y equilibrio

Dificultades cognitivas (memoria y concentración)

Fatiga persistente

La esclerosis múltiple no tiene cura por el momento, pero los tratamientos actuales pueden ayudar a ralentizar su progresión y a mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.