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Un grupo de científicos especializados en la atribución de fenómenos extremos al cambio climático, el World Weather Attribution (WWA), ha presentado esta semana un estudio en el que explican que las altas e inusuales temperaturas de junio, julio y agosto fueron la principal causa de la enorme sequedad de los suelos.
La sequía ha sido la gran protagonista del pasado verano y, al parecer, va a seguir ocurriendo con más frecuencia en los próximos años. Un grupo de científicos especializados en la atribución de fenómenos extremos al cambio climático, el World Weather Attribution (WWA), ha presentado esta semana un estudio en el que explican que las altas e inusuales temperaturas de junio, julio y agosto fueron la principal causa de la enorme sequedad de los suelos.
Las conclusiones a las que llegan los investigadores del estudio es que el cambio climático ha provocado que estas condiciones de falta de humedad sean al menos 20 veces más probables en la región extratropical del hemisferio norte. Los científicos estiman que el actual nivel de calentamiento lleva a que una sequía de este calibre y extensión puede ocurrir una vez cada 20 años; si no existiera el cambio climático, se daría una vez cada 400 años.
La sequía sufrida en el hemisferio norte durante este verano ha conllevado graves consecuencias tanto económicas como ecológicas. Entre esos efectos negativos está la bajada de rendimiento de los cultivos, que ha acentuado todavía más la crisis internacional de precios y de seguridad alimentaria que vive el mundo debido a la guerra en Ucrania.
Los científicos se han centrado en la denominada sequía agrícola y ecológica. Los expertos consideran que la variación en las precipitaciones no ha sido el factor determinante en este caso, sino que “el fuerte incremento de las altas temperaturas es la razón principal del aumento de la sequía” este verano.
La sequía de este verano ha ocurrido con un calentamiento de aproximadamente 1,2 grados respecto a los niveles preindustriales. Los autores calculan que con este nivel un episodio de sequía como el de este 2022 se puede dar una vez cada 20 años. Si el ser humano no hubiera calentado el planeta, un evento de esta magnitud se daría solo una vez cada 400 años. Los científicos alertan de que el incremento de las temperaturas continuará durante las próximas décadas, por lo que también aumentarán las sequías ecológicas e hídricas, como advertía el IPCC en su último gran informe sobre el cambio climático.
El verano pasado en España ha sido el más caluroso desde al menos 1961, cuando arranca la serie de datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Y el año hidrológico que acaba de terminar —arranca el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre— ha sido el tercero con menos lluvias desde que comienzan los registros en la década de los sesenta del siglo pasado.
En algunas cuencas, la situación es realmente acuciante, como la del Guadalquivir, donde sus reservas están al 19%. También es muy mala en la del Guadiana (23,4%) y del Duero (29,9%).
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