Pasar de la bufanda al bañador en un solo día: así es el nuevo clima extremo en Catalunya

De dormir con manta a no poder pegar ojo sin ventilador en solo 24 horas: el cambio climático está borrando el entretiempo

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Hombre frío, calor   CANVA
Hombre frío, calor - CANVA

 

El calor ya no avisa. Hasta hace no tanto, las altas temperaturas llegaban de forma progresiva, con una primavera templada que servía de transición natural hacia el verano. Pero esa realidad está desapareciendo. Esta semana en Catalunya y toda España se ha vivido un ejemplo claro del fenómeno: entre el lunes y el jueves, millones de personas pasaron de dormir con manta a no poder conciliar el sueño sin ventilador ni ventanas abiertas. Un cambio térmico brusco que, según El Periódico, es un reflejo más del impacto del cambio climático y del fin del entretiempo.

La irrupción de una masa de aire sahariano extremadamente cálido ha hecho saltar los termómetros por encima de los 30 grados en buena parte del país, e incluso ha rozado los 40 en algunos puntos. También se han registrado las primeras noches tropicales del año, con mínimas que no bajaron de los 20 grados. Todo ello, en pleno mayo.

Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), recogidos por El Periódico, el verano no solo llega antes, sino que también se alarga. El meteorólogo Benito Fuentes asegura que la llegada de los 30 grados se ha adelantado entre 20 y 40 días en las últimas décadas. En los años ochenta, lo habitual era que mayo rondara los 20 grados. Ahora, mayo parece julio.

Este fenómeno se está consolidando como la nueva normalidad. En Barcelona, por ejemplo, ya se vivió en 2023 un verano histórico que alcanzó por primera vez los 40 grados. Y las previsiones para 2025 apuntan en la misma dirección: un verano más cálido de lo habitual y con episodios extremos que podrían batir nuevos récords.

Un estudio publicado en la revista Nature Communications indica que desde los años 60 han aumentado exponencialmente tanto la frecuencia como la intensidad de los cambios bruscos de temperatura en todo el planeta. Más del 60% de la superficie terrestre ya se ve afectada. Y las consecuencias no son solo térmicas: la salud humana y sectores como la agricultura están especialmente expuestos a estos vaivenes, ya que el cuerpo y los cultivos no tienen tiempo para adaptarse.

España se enfrenta así a un futuro en el que el calor no solo llega antes, sino que lo hace sin previo aviso, en olas cada vez más intensas y duraderas. Una transformación climática que ya está alterando nuestra forma de vivir... y de dormir.

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