Barcelona ha alcanzado una cifra histórica: 1.732.066 personas están empadronadas en la ciudad a 1 de enero de 2025, el mayor número de habitantes registrado en los últimos 40 años. Así lo confirma el Padrón Municipal de Habitantes, que refleja una transformación profunda en la estructura demográfica de la capital catalana.
Un crecimiento impulsado por la inmigración
El crecimiento poblacional no se explica por el saldo vegetativo, ya estabilizado entre nacimientos y defunciones, sino por la llegada constante de personas procedentes del extranjero. A día de hoy, el 53,8% de los residentes nacidos fuera de España provienen del continente americano, con unas 50.000 personas originarias de Argentina. Les siguen en número ciudadanos de Colombia, Perú, Venezuela, Pakistán, Marruecos, Ecuador, Italia, Honduras y China.
En total, 612.529 personas nacidas en el extranjero están empadronadas en Barcelona. Este grupo representa más del 35% de la población total y ha protagonizado un incremento del 5,7% respecto al año anterior. Por nacionalidad, el número de extranjeros asciende ya a cerca de 460.000 personas, es decir, un 26,4% del total.
Declive de la población autóctona
Desde 2019, la mayoría de empadronados en Barcelona no nació en la ciudad, y la tendencia se acentúa: a inicios de 2025, solo el 45% de la población es autóctona. Esta inversión histórica refleja un cambio estructural en el tejido social de la ciudad, que avanza hacia una composición claramente diversa y multicultural.
Una población joven y equilibrada
La población extranjera no solo crece, sino que también rejuvenece la ciudad. En comparación con la población española, se trata de un grupo relativamente joven y con una distribución por sexo bastante equilibrada, aunque con ligeras variaciones según el país de origen.
Barcelona vive así una transformación demográfica de gran calado, con implicaciones sociales, culturales y políticas que ya marcan el presente y definirán el futuro de la ciudad.
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