El impulso de Barcelona en la lucha contra el Alzheimer: Retos y oportunidades del acceso a las nuevas terapias

Barcelona se ha consolidado como capital científica en el abordaje del Alzheimer con una jornada clave impulsada por el HUB Alzheimer Barcelona, una plataforma de colaboración científica e institucional creada en 2024 para acelerar la innovación en demencias.

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Josep Maria Argimon Foto: Catalunya Press

 

Gloria Oliver, directora adjunta de la Fundación Pasqual Maragall, ha inaugurado el encuentro destacando el liderazgo de Barcelona como la segunda ciudad europea en producción científica sobre Alzheimer, con 7 de los 10 centros de excelencia ubicados en la ciudad. El HUB ha articulado tres líneas de acción: becas predoctorales, formación gratuita para profesionales de atención primaria y jornadas de conocimiento compartido como la celebrada hoy.

Una visión sistémica sobre la incorporación del fármaco


La primera ponencia estuvo a cargo de Ana Clopés, responsable del área de medicamentos del Servei Català de la Salut, quien expuso los retos sistémicos para incorporar innovaciones como Lecanemab, el primer fármaco que frena la evolución de la enfermedad.

 

 

Clopés explicó el proceso regulador, desde el desarrollo clínico hasta la comercialización, con especial foco en la eficiencia, la sostenibilidad y el valor clínico añadido. Y conlcuyó señalando que en Catalunya, un grupo de trabajo se activó desde febrero de 2025 para dimensionar recursos, definir circuitos y acelerar decisiones.

Preparación hospitalaria: entre el reto y la oportunidad


La siguiente mesa redonda, abordó el estado de preparación de los hospitales para administrar Lecanemab, ya aprobado por la Agencia Europea del Medicamento pero aún pendiente de financiación pública.

Raquel Sánchez Valle (Clínic) advirtió que el fármaco no estará disponible hasta octubre, y que el proceso estará altamente regulado. Afirmó que el Clínic ya se ha preparado, pero que hacen falta recursos, formación y una estrategia nacional.

Gloria Nohales (Hospital del Mar) compartió que pueden asumir pacientes, pero alertó sobre la presión que supondrá en resonancias, farmacéuticos y profesionales. Alberto Lleó (Sant Pau) denunció la falta de equidad diagnóstica y la necesidad de derivaciones entre centros. Los tres coincidieron en que la clave será la formación del personal y una mejor redistribución de cargas.

 

Los ponentes profundizaron en los recursos humanos y materiales necesarios. Sánchez Valle destacó que el cuello de botella real será la falta de neurólogos, enfermeras y radiólogos formados. Nohales añadió que no se ha planificado bien durante años y que formar y retener talento será un desafío.

La inteligencia artificial se presentó como una herramienta para aligerar procesos y liberar espacio para pruebas complejas. También se destacó el papel fundamental de la atención primaria para la detección precoz y la concienciación comunitaria, especialmente en zonas no urbanas.

El modelo de seguimiento: registro, realismo clínico y gobernanza
 

Una tercera sesión centró el debate en el seguimiento de los pacientes y la aplicación práctica del tratamiento. Xavier Montalbán defendió que los registros han sido esenciales y deben ser públicos, sin control por parte de las farmacéuticas. Recordó que, como en la esclerosis múltiple, los criterios de inclusión y exclusión pueden evolucionar con la experiencia clínica real.

Juan Pablo Tartari remarcó que los protocolos para la infusión y el seguimiento ya están diseñados, pero habrá que estar preparados para posibles efectos secundarios inesperados. La gobernanza del fármaco fue un punto clave, con consenso sobre la necesidad de transparencia y una estrategia de país compartida.

¿Quién será candidato al tratamiento?


La sigiente mesa redonda, moderada por Mercè Boada, debatió sobre los criterios de inclusión. Juan Fortea fue claro: solo el diagnóstico clínico no es suficiente; se requiere diagnóstico biológico. Lamentó que solo el 8% de los pacientes fuera de unidades especializadas cuentan con él, y defendió el uso generalizado de biomarcadores.

Marc Suárez-Calvet planteó ir más allá de los criterios clínicos y considerar también perfiles de seguridad. Albert Lladó aseguró que detectar la enfermedad precozmente es fundamental para la eficacia del tratamiento y que hay que reducir drásticamente los tres años que hoy pasan entre la primera queja y el diagnóstico. Advirtió que el 95% de los pacientes no serán candidatos al fármaco y que la comunicación con las familias será un reto.

 

 

Fortea destacó que una buena estrategia de comunicación es clave para no perder efectividad, mientras Suárez-Calvet enfatizó la importancia de dar autonomía al paciente desde el primer momento del diagnóstico.

Una aplicación delicada en los centros locales

Durante la última mesa redonda moderada por Pilar Delgado del Hospital Vall d’Hebron, se abordaron los principales retos para aplicar los nuevos tratamientos contra el Alzheimer en los centros de atención locales.

Joan Deniel, en representación de la CAMFiC, señaló que el primer desafío es lograr un diagnóstico precoz, clave para aprovechar al máximo los nuevos fármacos. Subrayó la importancia de la exploración clínica y física por parte del médico, cuya valoración sigue siendo esencial. También advirtió sobre la falta de equidad territorial, ya que no en todas las zonas de Catalunya se dispone de las pruebas de neuroimagen necesarias, como la resonancia magnética, y en algunos lugares sólo se cuenta con TAC. 

Por su parte, Pablo Villoslada, jefe de Neurología del Hospital del Mar, destacó que nos encontramos ante un cambio de paradigma. Señaló que la integración de estos tratamientos será un proceso gradual, y que su incorporación en la atención primaria será determinante. Considera que el acceso a biomarcadores en sangre será uno de los elementos más relevantes en esta etapa, y que en unos años podríamos llegar a una situación similar a la que hoy se vive en campos como la oncología. También expuso la experiencia de un programa piloto en un CAP del Raval como ejemplo de cómo podrían integrarse las unidades de memoria y la atención a personas en riesgo dentro del sistema comunitario.

Ambos coincidieron en que hay una clara falta de profesionales con formación específica en el ámbito del deterioro cognitivo y del Alzheimer. Se destacó la importancia de formar no solo a médicos, sino también a personal de enfermería y a radiólogos. 

Argimon cree en un futuro sin Alzheimer

Como ha concluido Josep Maria Argimon, agradeciendo la participación de todos los ponentes y asistentes:
“Somos conscientes de que tenemos mucho trabajo por delante, un trabajo que durará años y décadas, pero que lograremos, porque —como dijo Pasqual Maragall— en ningún lugar está escrito que el Alzheimer no se pueda vencer. Veremos un mundo con menos estragos causados por el Alzheimer.”

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