El 'número 2' del CNI niega que el imán de Ripoll fuese colaborador y dice que 17A era "prácticamente inevitable"

Le descartaron como fuente porque no se fiaban de lo que decía, pero tampoco vieron una amenaza en él

|
EuropaPress 6823346 exjefe division contraterrorismo girona actualmente secretario general
El exjefe de la División de Contraterrorismo de Girona, actualmente secretario general del Centro Nacional de Inteligencia, Luis García Terán, comparece ante la Comisión de Investigación sobre el derecho a saber la verdad y las implicaciones derivada

 

El secretario general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Luis García Terán, ha afirmado este jueves en el Congreso que Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll considerado como cerebro de los atentados del 17 de agosto de 2017 (17-A) en Barcelona y Cambrils, "nunca fue un colaborador del CNI, nunca aportó información de interés y nunca recibió ningún pago".

Además, ha afirmado categóricamente que el CNI "no tuvo nada que ver, ni conocimiento previo, ni indujo absolutamente nada de los atentados". Y ha subrayado que, dada la magnitud de la amenaza yihadista ese año, "era prácticamente inevitable que se produjeran atentados" como el del 17-A.

García Terán ha explicado en la comisión que investiga estos atentados en el Congreso los Diputados que el nivel de amenaza en 2017 era tal que los servicios de inteligencia europeos no se preguntaban "si habría atentados, sino dónde, cuándo y cómo" se cometerían.

"Nuestro primer objetivo es evitar muertes. Usamos al máximo nuestras capacidades y recursos para impedir atentados, pero aquel ataque fue inadvertido para todos", ha señalado el compareciente, destacando que ni las actividades de Es Satty, también conocido como el imán de Ripoll, ni las del resto de la célula terrorista "llamaron la atención" de las fuerzas de seguridad ni en su entorno social o familiar.

"Nunca informó de nada útil ni se le pagó nada"

Sobre la relación del CNI con Es Satty, García Terán ha detallado que las interacciones fueron "mínimas" y que, como ya declaró el exdirector del centro Félix Sanz Roldán, esta persona "nunca informó de nada útil". "No se le pagaron 400, ni 300, ni 500 euros, pues el dinero del CNI está fiscalizado hasta el último céntimo. No fue un activo del CNI. Hablamos con él tres veces y se le dio un número de teléfono. Eso no lo convierte en informador, colaborador o agente", ha sentenciado.

El responsable de inteligencia ha explicado que en determinados momentos el CNI "puede tener interés sobre ciertas personas", pero que antes de considerar su incorporación como fuente o activo se evalúa si "tiene acceso a información útil, si es fiable y si es segura". En el caso de Es Satty, "nada de eso confluía", ha apostillado.

"No había interés en la información que pudiera aportar. Por tanto, no se generó ningún informe. Si no existe información relevante, no se produce ningún tipo de burocracia interna", ha argumentado el secretario general CNI, en referencia a la ausencia de documentación escrita sobre supuestas colaboraciones de Es Satty con el centro.

Evaluación de Es Satty como potencial fuente

García Terán ha explicado que el CNI valoró la posibilidad de utilizar a Es Satty como fuente hasta diciembre de 2014, debido a que "había tenido contactos indirectos con personas que habían formado parte de una célula para ir a combatir a Irak" y llegó a reconocer a 20 personas en fotografías.

Sin embargo, el CNI descartó su utilidad tras comprobar que "no se relacionaba con el entorno yihadista". "No pasó las líneas rojas de dar información cierta", ha añadido.

El compareciente ha explicado que hubo encuentros telefónicos posteriores con Es Satty porque "llamó diciendo que quería contar cosas" y que, en contexto de alerta antiterrorista, "hablamos con quien tengamos que hablar para impedir atentados". Eso no implica, ha insistido, que fuera "colaborador o fuente".

Sobre la radicalización del imán, García Terán ha subrayado que "en diciembre de 2014 no encontraron ningún indicio ni información que nos permitiera establecer que esta persona fuera amenaza". Según ha subrayado, Es Satty "tenía una ideología salafista yihadista, pero eso no es ser terrorista". Ha añadido que "las personas evolucionan", y en su caso lo hizo, pero sin que en ese momento existiera "ningún dato objetivo de que fuera una amenaza ni riesgo".

El secretario del CNI ha insistido en que hasta 2017 "no hubo ninguna actividad objetiva que pudo ser detectada" de amenaza terrorista, ya que "todas las actividades de la célula se hicieron de forma clandestina". Ha reconocido que Es Satty no fue quien radicalizó a los autores de los atentados, "algunos ya lo estaban", pero sí fue quien "les dio el sustento religioso e ideológico".

"Fue absolutamente imposible de detectar", ha afirmado, apuntando que el CNI no puede interceptar comunicaciones ni registrar domicilios sin autorización judicial. "La seguridad al cien por cien no existe", ha dicho el que fuera jefe de la División de Contraterrorismo de Girona, recordando que incluso "en estados policiales donde hay más intrusión sobre los derechos individuales se sufren atentados".

Cambios tras el 17-A

A raíz de estos atentados, García Terán ha explicado que tanto el CNI como otros servicios europeos "cambiaron el paradigma de actividad con ciertos entornos". Ha subrayado que hoy en día, "lo que pasó con Es Satty no pasaría ahora mismo con las medidas adoptadas luego", aunque ha advertido que "la amenaza ha evolucionado, es más complicada y más difícil de detectar".

En cuanto al nivel de riesgo actual, ha señalado que España, con dos millones de musulmanes y "200 y pico combatientes en el extranjero", no está en una situación tan grave como otros países, pero ha alertado de que seguirá habiendo células autónomas.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA