Cuando el Park Güell se ve con las manos: una visita extraordinaria
Personas con sordoceguera experimentan el Park Güell de una manera única, "viendo" la obra de Gaudí con las manos
El Park Güell de Barcelona ha sido el escenario de una visita realmente fuera de lo común. Un grupo de personas con sordoceguera, acompañadas por sus guías e intérpretes de la ONCE, ha explorado el parque en una jornada que va más allá de lo turístico. Esta iniciativa, celebrada en el Día Internacional de las Personas con Sordoceguera, pone de manifiesto no solo la riqueza cultural de la ciudad, sino también el espíritu de superación y la vital importancia de la accesibilidad universal para todos.
El arte en las manos: un nuevo modo de "ver"
Para estos participantes, la visita al Park Güell no ha sido una simple observación visual, sino una inmersión sensorial profunda y muy personal. Con el apoyo esencial de sus guías e intérpretes, han podido explorar el recinto de una manera única. "Ver con los dedos" se ha convertido en una realidad tangible: han tocado la cerámica del famoso lagarto, sentido las texturas de los bancos ondulados, percibido la frescura de los viaductos y explorado la exuberante naturaleza que abraza cada rincón del parque.
Tus manos, mis ojos y oídos: la magia de los intérpretes
Desde la Sala Hipóstila hasta la escalinata del Drac, cada elemento de la genial obra de Antoni Gaudí ha ofrecido una oportunidad para la interacción táctil y una comprensión singular. Imagina que quieres ir a un sitio muy divertido, como el Park Güell, y te lo están explicando.
Pero, ¿qué pasa si no puedes escuchar bien o no puedes ver a la persona que te habla? ¡Ahí es donde entran los magos de las manos, los intérpretes de lengua de signos. Estos intérpretes son como unos puentes mágicos. Ayudan a que las personas que no oyen o no ven bien, puedan entender todo lo que pasa a su alrededor. Una de ellas es Eva García . Hoy está al lado de Carlos Martínez, uno de los participantes, ha descubierto el arte de Gaudí de una forma muy personal.
La ONCE: impulsora de experiencias inclusivas
La entidad referente en España en la atención a personas con discapacidad visual y sordoceguera, ha sido la impulsora de este inspirador evento. Con más de 500 afiliados con sordoceguera en Catalunya, la organización trabaja constantemente para ofrecer experiencias que fomenten la autonomía y la participación activa en la sociedad. Esta visita al Park Güell es un claro ejemplo de cómo, con los recursos adecuados, se pueden derribar barreras para que todas las personas disfruten plenamente del patrimonio cultural.
Maria Dolors Luna, responsable del Departamento de servicio para afiliados, destaca la complejidad y la meticulosidad detrás de estas actividades. "Gracias a iniciativas como esta, estas excursiones son posibles, aunque no siempre se pueden organizar rápidamente". Hay que planificar la ruta cuidadosamente, seleccionar a los intérpretes y elegir un objeto de arte que realmente se pueda sentir con las manos.
Más allá del recorrido: un mensaje de conexión
Este encuentro en el Park Güell es mucho más que una simple excursión; es un potente mensaje sobre la necesidad de adaptar los espacios y las experiencias a las diversas formas de percibir el mundo. La sordoceguera, al combinar deficiencias visuales y auditivas, puede llevar a un aislamiento significativo.
Iniciativas como esta demuestran el valor incalculable de la mediación y la interpretación para conectar a estas personas con su entorno, ofreciéndoles acceso a la cultura, la historia y la belleza. Es un recordatorio de que la verdadera accesibilidad implica adaptar el entorno para que sea comprensible y disfrutable para todos.
Para muchos de los participantes, esta jornada no solo les ha permitido salir de casa, sino también mostrar que los turistas pueden ser diversos y que tienen mucho que experimentar. Aunque no hablen o no puedan oír, poseen una forma diferente y enriquecedora de sentir y vivir el mundo. Además, no solo los guías humanos desempeñan un papel crucial; los perros guía son compañeros inseparables en el día a día, brindando apoyo en tareas cotidianas como ir al supermercado o moverse por la ciudad. Si se desorientan, sus fieles compañeros siempre están ahí para ayudar.
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