¿Cómo afecta la ola de calor extrema a tu salud? ¿Qué debes hacer para protegerte?
Catalunya atraviesa una intensa ola de calor que mantiene en alerta a Protecció Civil y a los servicios meteorológicos desde hace varios días. Hay que estar atentos y seguir los consejos de los expertos.
Un potente anticiclón de origen africano, que afecta a toda la cuenca mediterránea, ha disparado las temperaturas a valores que superan en muchas zonas los 40 grados, llegando a picos máximos de 42,9 grados registrados en Vinebre este mismo sábado.
El Servicio Meteorológico de Catalunya (SMC) ha emitido avisos por calor muy intensa y calor nocturno, que afectarán al litoral central y norte —especialmente las comarcas del Barcelonès y el Maresme—, y que se mantendrán al menos hasta el martes. La característica que hace especialmente preocupante este episodio es la persistencia de temperaturas elevadas durante la noche, conocidas como noches tropicales, con mínimas que no bajarán de los 24-25 grados en varias zonas.
Impacto y riesgos para la salud pública
Esta situación prolongada de calor intenso y calor nocturno representa un riesgo sanitario importante. La sotsdirectora de Protecció Civil, Imma Solé, explica que el cuerpo humano puede resistir varias horas de altas temperaturas, pero cuando no refresca por la noche el estrés térmico se prolonga y se agrava, dificultando la recuperación y aumentando la probabilidad de sufrir problemas de salud.
Las personas más vulnerables a estas condiciones son los mayores de 75 años sin apoyo familiar, personas con enfermedades crónicas, niños pequeños, embarazadas y personas con discapacidad o movilidad reducida. También se pone especial atención en quienes deben realizar actividad física o laboral al aire libre durante estas horas, así como en las mascotas.
La exposición a altas temperaturas puede desencadenar o empeorar enfermedades previas, ya que el cuerpo humano, aunque capaz de regular su temperatura, puede verse desbordado cuando hace mucho calor, especialmente si no hay descanso nocturno adecuado.
El calor intenso provoca deshidratación, pérdida de agua y sales esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Además, factores como la humedad, la falta de viento, la contaminación y vivir en zonas urbanas (efecto “isla de calor”) aumentan el impacto negativo.
La adaptación al calor es gradual y varía entre personas, por lo que al inicio del verano el cuerpo tiene más dificultades para recuperarse, elevando el riesgo de problemas de salud.
Efectos directos del calor
Síncope por calor: Mareos o desmayos por baja presión sanguínea al estar mucho tiempo de pie en calor intenso. Se recomienda poner a la persona en sombra, con piernas elevadas y rehidratarla.
Agotamiento por calor: Ocurre tras días de exposición, con síntomas como náuseas, sudoración, calambres y pulso irregular. Se debe descansar en lugar fresco, hidratarse y buscar ayuda médica si empeora.
Golpe de calor: Es una emergencia médica grave, con temperatura corporal superior a 40ºC, confusión, convulsiones y piel caliente y seca. Requiere llamar al 112 y bajar rápidamente la temperatura de la persona.
Efectos indirectos del calor
El mayor peligro es la descompensación de enfermedades crónicas, sobre todo cardiovasculares y respiratorias. El calor aumenta la demanda de oxígeno, puede espesarse la sangre, facilitar trombos y provocar infartos o accidentes cerebrovasculares. También se incrementan enfermedades transmitidas por agua y alimentos en verano.
Además del impacto directo sobre la salud, la ola de calor incrementa el riesgo de incendios forestales, especialmente en zonas rurales y montañosas, donde el suelo está extremadamente seco. Protecció Civil insiste en la importancia de extremar la vigilancia para evitar fuegos, solicitando que cualquier indicio de humo sea comunicado inmediatamente al 112 para una respuesta rápida.
Medidas adoptadas por las autoridades
Ante este escenario, la Generalitat ha activado el plan PROCICAT y el plan de actuación para prevenir los efectos de las olas de calor sobre la salud (POCS) está en fase 2. Las autoridades han pedido a los ayuntamientos que habiliten espacios frescos con aire acondicionado para quienes puedan necesitar refugio durante los momentos de máxima temperatura.
A nivel estatal, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) también ha declarado avisos especiales por temperaturas extremas en buena parte de la Península Ibérica, con máximas previstas de más de 42 grados en varias ciudades y la prolongación de noches cálidas que dificultan la recuperación.
En Europa, la ola de calor afecta al sur del continente, con riesgos añadidos como incendios en Grecia o medidas restrictivas laborales en Italia, evidenciando que este tipo de fenómenos se están convirtiendo en una crisis climática sostenida.
Recomendaciones y consejos para protegerse
Frente a esta situación excepcional, Protecció Civil y la Agència de Salut Pública de Catalunya insisten en la necesidad de adoptar medidas preventivas para evitar daños graves:
Hidratación constante: Beber agua frecuentemente, evitando bebidas alcohólicas o copiosas comidas que puedan deshidratar.
Evitar la exposición al sol en las horas de máximo calor, que suelen ser entre las 12:00 y las 18:00 horas. Es recomendable hacer las compras o actividades al aire libre temprano por la mañana o al atardecer.
Protegerse la cabeza con gorra o sombrero, especialmente para personas que trabajan o realizan deporte al aire libre.
Reducir la actividad física intensa durante los días de calor extremo. Si se hace deporte, mejor a primera hora o al anochecer.
Buscar lugares frescos y con ventilación o aire acondicionado para descansar, en especial si en casa no se dispone de climatización.
Cuidar a los colectivos vulnerables: visitar diariamente a personas mayores que vivan solas para asegurar que están bien hidratadas y protegidas.
Atención a los niños y personas mayores, quienes pueden no sentir sed pese a estar deshidratados.
Cuidar a las mascotas: sacarlas a pasear en las horas más frescas, proporcionarles sombra y agua fresca durante todo el día.
Vigilancia extrema con el riesgo de incendios, no haciendo fuego ni barbacoa en zonas forestales y avisando rápidamente al 112 en caso de detectar humo o fuego.
La necesidad de adaptación ante el cambio climático
Este episodio no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia que se repite y agrava año tras año. Según datos del programa europeo Copernicus, marzo de 2025 fue el más caluroso registrado en Europa, y 2024 ya fue el año más cálido de la historia.
Los expertos advierten que las muertes por calor en Europa podrían triplicarse para final de siglo, lo que obliga a las instituciones catalanas y europeas a no solo reaccionar ante episodios como este, sino a rediseñar las políticas urbanas, sanitarias y laborales para adaptarse a una realidad climática más extrema.
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