Llamas corriendo a 28 km/h: el incendio extremo que ha arrasado 6.500 hectáreas en la Segarra

La ola de calor y el viento extremo disparan el riesgo de incendios de sexta generación, como el devastador fuego de Torrefeta i Florejacs, que ya ha causado dos víctimas mortales

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Llamas y escombros provocados por el incendio, a 2 de julio de 2025, en Torrefeta i Florejacs, Lleida, Catalunya
Llamas y escombros provocados por el incendio, a 2 de julio de 2025, en Torrefeta i Florejacs, Lleida, Catalunya - EUROPA PRESS

 

Catalunya se encuentra en alerta máxima ante la llegada de nuevos incendios forestales que amenazan con extenderse rápidamente debido a la ola de calor que afecta la región y las condiciones meteorológicas adversas. El ejemplo más grave es el incendio de Torrefeta i Florejacs, en la comarca de la Segarra, que desde ayer ha arrasado unas 6.500 hectáreas y ha sido catalogado como un incendio de sexta generación por su extrema potencia y velocidad.

Remolinos y tormentas de fuego

Este tipo de incendios se caracteriza por su capacidad para alterar las condiciones meteorológicas locales, con llamas que pueden avanzar hasta 12 veces más rápido que un fuego normal, y generar fenómenos peligrosos como remolinos de fuego y tormentas de humo, que dificultan enormemente las labores de extinción.

En el caso de la Segarra, las llamas han alcanzado velocidades punta de hasta 28 kilómetros por hora, y los vientos generados por el propio incendio han llegado a superar los 120 km/h. Además, la columna de humo y cenizas, conocida como pirocúmul, ha ascendido hasta 14.000 metros de altura, un fenómeno típico de incendios violentos y que añade peligro para la población y los equipos de extinción.

Un caldo de cultivo perfecto

Las temperaturas récord en Ponent y las Terres de l’Ebre, que han alcanzado hasta 42,9 grados en Vinebre, sumadas a la sequía y la presencia de grandes extensiones de terreno agrícola y forestal, crean un escenario extremadamente favorable para la propagación rápida de incendios.

El incendio en la Segarra ya se ha cobrado la vida de dos agricultores locales, un trágico recordatorio del peligro que representan estas crisis forestales. Las autoridades y servicios de emergencia insisten en la importancia de extremar la precaución, evitar cualquier actividad que pueda provocar chispas y estar atentos a las indicaciones oficiales para evitar más daños.

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