87 años de la Batalla del Ebro: la memoria de una guerra que no podemos olvidar

El Govern recuerda el conflicto más largo de la Guerra Civil con un homenaje a las víctimas y la Leva del biberón. Una batalla que marcó la historia y el paisaje de Catalunya.

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Vista dels assistents (1)
Visitantes a la conmemoración de la batalla del Ebro - Generalitat de Catalunya

 

El 25 de julio de 2025, el Govern de la Generalitat ha conmemorado el 87º aniversario del inicio de la Batalla del Ebro, el combate más largo y cruento de la Guerra Civil española, con un acto institucional cargado de simbolismo y memoria histórica. El escenario elegido, la cota 705 de la sierra de Pàndols, en el Pinell de Brai, ha sido durante décadas el lugar emblemático donde se rinde homenaje a las víctimas y a los combatientes de una batalla que ha marcado un antes y un después en la memoria colectiva catalana y española.

El conseller de Justicia y Calidad Democrática, Ramon Espadaler, ha presidido el acto, subrayando que “este acto no es solo un homenaje: es un ejercicio de memoria activa, al servicio del Nunca Más y del respeto a los derechos humanos”. Con estas palabras, ha reafirmado la voluntad del Govern de “seguir trabajando por la verdad, la justicia y la reparación”, recordando que la memoria histórica es un pilar fundamental para la calidad democrática.

Un combate con nombres propios: la Lleva del Biberón

La Batalla del Ebro, que ha comenzado el 25 de julio de 1938 y ha durado 115 días, se considera uno de los episodios más decisivos y dramáticos de la Guerra Civil. Las cifras impactan por su magnitud: cerca de 30.000 muertos, más de 75.000 heridos y 15.000 prisioneros. Entre los protagonistas de esta tragedia han estado la conocida Lleva del Biberón, jóvenes de entre 17 y 18 años que han sido movilizados por el ejército republicano. Su nombre, cargado de simbolismo, proviene del dicho popular atribuido a Federica Montseny, que ha exclamado incrédula ante la juventud de los soldados: “¿Diecisiete años? ¡Pero si todavía deben tomar el biberón!”.

Estas cifras no solo han representado una pérdida humana colosal sino que también han revelado el impacto profundo que la batalla ha tenido en la sociedad y el territorio: el desplazamiento forzado de comunidades, la devastación de los cultivos y el daño que ha persistido durante generaciones en las Terres de l’Ebre.

Memoria viva y compromiso institucional

A pesar de la inevitable disminución de los supervivientes que aún pueden asistir a esta conmemoración, el acto ha mantenido viva la llama de la memoria gracias a la dedicación de las familias, las instituciones y las entidades memorialistas. Desde 1989, el Cub de la Pau, un monumento emblemático situado en el mirador de la cota 705, se ha convertido en símbolo de paz y recuerdo, un lugar donde la sociedad catalana rinde tributo a quienes han sufrido y luchado en esta cruenta batalla.

Desde 2014, el Departamento de Justicia, a través del Consorcio Memorial de los Espacios de la Batalla del Ebro (COMEBE), ha organizado el acto en colaboración con el Ayuntamiento del Pinell de Brai y el Consejo Comarcal de la Terra Alta, garantizando la continuidad y el impacto de este recuerdo histórico.

Una ceremonia emotiva y cargada de simbolismo

El homenaje del 25 de julio ha incluido intervenciones de familiares de los combatientes y jóvenes que han participado en campos de trabajo de verano dedicados a la recuperación de trincheras y vestigios de la batalla. La periodista Roser Jordà ha conducido la ceremonia, que ha estado amenizada con interpretaciones musicales a cargo del guitarrista Albino Tena.

Las sierras de Pàndols y Cavalls, visibles desde el Cub de la Pau, continúan siendo testigos inmutables de la resistencia y el sacrificio vividos durante aquellos fatídicos meses, un recuerdo vivo y palpable que se erige como garantía para que el Nunca Más se convierta en una verdad irrenunciable.

Palabras del conseller Ramon Espadaler

Este acto no es solo un homenaje: es un ejercicio de memoria activa, al servicio del Nunca Más y del respeto a los derechos humanos”, ha afirmado el conseller de Justicia y Calidad Democrática, poniendo de manifiesto la responsabilidad colectiva que implica recordar para no repetir.

“Hacemos hoy patente la voluntad del Govern de seguir trabajando por la verdad, la justicia y la reparación”, ha concluido, en un mensaje firme que subraya el compromiso institucional con la memoria democrática y la defensa de los derechos humanos.

Un episodio que nunca se puede olvidar

La Batalla del Ebro representa, más que un episodio militar, un símbolo histórico y humano cargado de valores, un punto de inflexión en la lucha por la dignidad, la libertad y la memoria colectiva. Esta conmemoración no solo recuerda los hechos pasados, sino que también inspira a la sociedad actual a construir un futuro basado en el respeto, la paz y la justicia.

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