Nuevo carril bus en la B-23: Illa apuesta por conectar Catalunya con eficiencia

El president inaugura el nuevo tramo de 7 km que reduce hasta 15 minutos el tiempo de los autobuses interurbanos. La infraestructura, con una inversión de 20,8 MEUR, apuesta por la movilidad sostenible.

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Mapa - Generalitat de Catalunya

 

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha encabezado esta mañana la puesta en marcha del nuevo carril bus de entrada a Barcelona en la B-23. La infraestructura, que entra hoy en funcionamiento, tiene como objetivo principal mejorar la velocidad de los autobuses interurbanos y potenciar el uso del transporte público en el área metropolitana.

“El gobierno de Catalunya tiene como prioridad conectar Catalunya, hacia dentro y hacia fuera”, ha afirmado el jefe del Ejecutivo. Según Illa, esta conexión es clave para la competitividad: “Conectar Catalunya es un elemento imprescindible para que la economía catalana sea cada vez más competitiva y siga funcionando muy bien”.

7 kilómetros clave para descongestionar uno de los accesos más críticos

La actuación se ha llevado a cabo a lo largo de 7 kilómetros de la B-23, entre la conexión con la A-2 en Sant Feliu de Llobregat y la intersección de la avenida Diagonal con Albert Bastardas, ya dentro de Barcelona. La obra, iniciada en la primavera de 2023, ha tenido un coste total de 20,8 millones de euros, financiados en parte por fondos europeos Next Generation.

El nuevo carril se sitúa a la izquierda de los carriles de circulación en sentido Barcelona, aprovechando parte de la mediana existente. Tiene una anchura de 3,5 metros y permite el acceso de los autobuses en cualquier punto del recorrido, manteniendo los carriles para vehículos privados.

Ganancias de tiempo y eficiencia para 700 autobuses diarios

La B-23 registra una media de 100.000 vehículos diarios y es una de las principales vías de entrada a la ciudad. Actualmente circulan más de 700 expediciones diarias de autobús interurbano con destino Barcelona, transportando cerca de 4 millones de pasajeros cada año. El nuevo carril permitirá reducir el tiempo de trayecto de estos autobuses hasta 15 minutos.

“Esta infraestructura es una apuesta por el transporte público y por la movilidad sostenible”, ha remarcado Illa, subrayando que “da prioridad al transporte colectivo para poder llegar a Barcelona, con ganancias de tiempo y de eficiencia”.

Sostenibilidad e intermodalidad

Más allá de mejorar la velocidad comercial de los autobuses, la infraestructura favorece la intermodalidad con otros medios como el tranvía, el metro y las líneas urbanas. Se calcula que permitirá una reducción anual de 34 toneladas de emisiones de CO₂, contribuyendo así a la mejora de la calidad del aire en la conurbación barcelonesa.

Este proyecto se integra dentro de la estrategia del Gobierno para reducir el uso del vehículo privado e incrementar el atractivo del transporte público.

Cooperación entre instituciones

El proyecto es fruto de un acuerdo entre la Generalitat y el Estado, titular de la B-23, que prevé el traspaso formal de la infraestructura a la Generalitat durante este otoño. La financiación ha corrido a cargo del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, a través de los fondos europeos.

“Es un ejemplo de colaboración institucional entre el gobierno de España, la Unión Europea y la Generalitat, y todo en diálogo con el mundo municipal, que reivindicaba desde hace mucho tiempo una mejora de este tipo”, ha reivindicado el presidente.

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