Conversar en catalán, incluso en la playa: el voluntariado lingüístico se mantiene activo todo el verano

Ni el verano detiene al Voluntariat per la llengua: el programa mantiene viva la práctica del catalán con encuentros en todo el territorio y en línea, adaptándose a nuevos formatos y ritmos sociales.

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Voluntariat
Cartel de Voluntariat per la Llengua - Departamento Política Lingüística

 

A la sombra de una terraza, paseando por un mercado de verano o conectados desde dos ciudades distintas. Así se practica el catalán durante los meses de vacaciones gracias al Voluntariat per la llengua (VxL), una iniciativa pionera del Departament de Política Lingüística gestionada por el Consorci per a la Normalització Lingüística (CPNL) que, desde 2003, ha generado más de 195.000 parejas lingüísticas. Lejos de tomarse un descanso, el programa aprovecha el verano para reforzar su carácter social, inclusivo y arraigado al territorio.

Una red viva y adaptada al ritmo de cada persona

Mientras muchas actividades se detienen con el calor, el Voluntariat per la llengua mantiene el pulso del catalán bien vivo. Gracias a su flexibilidad horaria y modalidades diversas, las parejas lingüísticas deciden dónde, cuándo y cómo quieren encontrarse. Esto transforma la práctica del catalán en una actividad accesible, cercana e integrada en la vida cotidiana.

La práctica lingüística escapa de las aulas y se traslada a espacios informales: parques, playas, fiestas mayores, ferias locales o videollamadas internacionales. El objetivo no es solo mejorar la fluidez en catalán, sino hacerlo desde el placer de la conversación compartida, en entornos que generan confianza y vínculo personal.

El catalán no entiende de estaciones

“Hablar catalán no entiende de estaciones” es uno de los lemas del programa, y la realidad lo confirma. La experiencia de miles de participantes demuestra que el aprendizaje lingüístico es más efectivo cuando se enlaza con vivencias reales. Por eso, muchas parejas lingüísticas deciden no interrumpir los encuentros en verano y continúan con la práctica para no perder el ritmo… ni el vínculo.

El programa ofrece dos modalidades de participación: presencial y virtual. Esta última se ha consolidado especialmente durante el verano, facilitando la continuidad de las conversaciones por videoconferencia. Una opción ideal para aquellas personas que están fuera de Catalunya, ya sea por vacaciones o por residencia estable, pero que desean seguir formando parte de esta red de aprendizaje activo y mutuo.

Una comunidad lingüística que crece y se diversifica

Los datos avalan la solidez del proyecto. Solo durante el año 2024 se formaron más de 11.000 parejas lingüísticas en todo el país. El Voluntariat per la llengua no solo conecta hablantes con personas que quieren mejorar su catalán, sino que promueve una ciudadanía más inclusiva y cohesionada a través de la lengua.

Este compromiso lingüístico contribuye a hacer del catalán una herramienta de convivencia, presente en todos los ámbitos de la vida, incluso en aquellos que no suelen aparecer en los informes oficiales: una conversación frente a un granizado, un paseo por las calles del pueblo o una llamada desde la otra punta del mundo.

Un verano para sumarse al cambio

El programa Voluntariat per la llengua continúa abierto a nuevas inscripciones durante todo el año, también en los meses de verano. Tanto si se quiere colaborar como voluntario como si se desea aprender, la inscripción puede realizarse fácilmente desde la web vxl.cat.

Este verano, más que nunca, hablar catalán puede ser una experiencia transformadora, útil y compartida, que demuestra que la lengua no es solo un código de comunicación, sino un puente para la convivencia y el reconocimiento mutuo.

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