Alarma sanitaria: la mortalidad por humo de incendios forestales podría ser casi el doble de lo estimado

Un estudio en The Lancet Planetary Health advierte que las partículas finas PM2.5 procedentes de incendios son más letales que las de otros orígenes y estarían infravaloradas en un 93%

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Incendios, alerta   CANVA
Incendios, alerta - CANVA

 

La mortalidad asociada a las partículas finas (PM2.5) generadas por incendios forestales podría estar infravalorada en un 93%, según revela el último estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), respaldado por la Fundación La Caixa. El trabajo, publicado en The Lancet Planetary Health, advierte que estas partículas son más peligrosas para la salud que las procedentes de otras fuentes de contaminación.

El humo de los incendios contiene contaminantes altamente nocivos, y la exposición a niveles elevados de PM2.5 incrementa el riesgo de muerte durante los siete días posteriores al contacto, según los investigadores.

El estudio analizó datos del proyecto EARLY-ADAPT, que recopila registros diarios de mortalidad en 654 regiones de 32 países europeos, cubriendo una población total de 541 millones de personas. Durante el periodo de análisis, se atribuyeron a la exposición a corto plazo a estas partículas un promedio de 535 muertes anuales por todas las causas, incluyendo 31 por enfermedades respiratorias y 184 por causas cardiovasculares. Esta última cifra contrasta con las 38 muertes que se estimaban previamente, lo que representa una infravaloración del 93%.

Aumenta la intensidad de los incendios

La investigadora Anna Alari, primera autora del estudio, señala que el cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, creando condiciones más favorables para su propagación y multiplicando los días de riesgo extremo.

El análisis también detectó diferencias regionales significativas: Bulgaria, Rumanía, Hungría y Serbia fueron los países más afectados, mientras que en algunas regiones de Portugal y España, a pesar de su alta exposición, las asociaciones detectadas fueron negativas y menos precisas.

La autora senior del estudio, Cathryn Tonne, apunta que estas variaciones podrían deberse a estrategias distintas de gestión y adaptación frente a incendios, aunque insiste en que se necesitan más investigaciones para esclarecer estos factores.

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