El Día Mundial de la Fotografía: fotógrafos lamentan la posible desaparición de Kodak, la empresa que puso el arte en manos de todos
En el Día Mundial de la Fotografía la celebración se ve ensombrecida por la precaria situación de una de las empresas más icónicas del sector: Eastman Kodak.
La compañía, que en su momento democratizó la fotografía, enfrenta hoy un futuro incierto.
"Apriete el botón"
Con un lema que se grabó en la memoria colectiva, "Usted apriete el botón, nosotros hacemos el resto", Kodak revolucionó la forma en que el mundo veía y usaba la fotografía.
Sin embargo, ni siquiera el reciente resurgimiento de las cámaras analógicas ha sido suficiente para salvar a la empresa, que advirtió a sus inversores sobre su incapacidad para asumir una deuda de 500 millones de dólares. Este anuncio, hecho el 11 de agosto, generó "dudas sustanciales sobre la capacidad de la empresa para continuar como negocio en marcha", lo que provocó una caída de más del 25% en el valor de sus acciones en la bolsa de Wall Street.
La revolución del "clic"
Antes de Kodak, la fotografía era un arte complejo y costoso, accesible solo para unos pocos. En el siglo XIX, se le atribuían incluso poderes casi místicos, como la capacidad de fotografiar espíritus, un engaño popularizado por estafadores como William H. Mumler. Fue George Eastman quien cambió las reglas del juego. En 1888, lanzó la primera cámara Kodak por 25 dólares, un precio que con el tiempo se volvió más accesible para la clase media. Eastman tuvo la visión de simplificar lo que antes era un proceso laborioso, ofreciendo una cámara portátil, con 100 exposiciones y fácil de usar. Esto permitió que la fotografía pasara de ser una disciplina técnica a una herramienta para capturar recuerdos cotidianos. Millones de aparatos fueron vendidos, y la fotografía se convirtió en un acto común y natural.
Un impacto que fue más allá de la fotografía
El legado de Kodak no se limita a las fotografías estáticas. La empresa también dejó su huella en el cine. En 1932, inventó un formato de película esencial para la industria cinematográfica y, años más tarde, con el lanzamiento del Super-8, puso en manos de aficionados una herramienta para grabar vídeos de forma sencilla.
Esta innovación desató una verdadera "fiebre" por el cine casero en los años 70, brindando una oportunidad a directores emergentes con presupuestos limitados. Nombres como Steven Spielberg, Tim Burton y David Fincher dieron sus primeros pasos en el medio audiovisual gracias a este invento de Kodak. El formato Super-8 fue utilizado en escenas de películas icónicas como E.T., Pulp Fiction e Inception, y le permitió a Pedro Almodóvar grabar sus primeros 11 cortos en los setenta.
El posible final de Kodak marca el adiós a un actor crucial en la historia de la fotografía y el cine. Su legado, sin embargo, perdurará en cada "clic" que se dé para capturar un recuerdo, demostrando que su impacto fue mucho más que una simple fotografía.
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