Leonor empieza su reto más difícil: ¿Será capaz de pilotar un avión en solitario?
La Princesa de Asturias se incorpora a la Academia del Aire con jornadas maratonianas, instrucción en simuladores y la incógnita de si logrará lo que sí consiguieron su padre y su abuelo.
El próximo 1 de septiembre, la Princesa Leonor dará un paso clave en su formación castrense: ingresará en la Academia General del Aire en San Javier (Murcia). Lo hará como una alumna más, sujeta a la estricta disciplina militar y a un horario que arranca con el toque de diana a las 6:30 de la mañana y se prolonga hasta las 22:30, hora de silencio.
La heredera al trono se enfrentará a un nuevo desafío: aprender a pilotar el avión de entrenamiento Pilatus PC-21. Sin embargo, no hay plazos para que pueda subirse junto a un instructor y mucho menos para que llegue a volar en solitario. Antes deberá superar clases teóricas, sesiones de entrenamiento en simuladores de última generación y vuelos de instrucción progresivos.
En San Javier, Leonor se encontrará con los modernos PC-21 que han sustituido a los históricos C-101. Los simuladores permiten reproducir situaciones de emergencia y preparar a los alumnos para tomar decisiones críticas. Solo cuando un instructor considere que la alférez Borbón está preparada se producirá la llamada “suelta”, es decir, el primer vuelo sin compañía.
La princesa ya está acostumbrada a la disciplina militar: ha pasado por la Academia de Zaragoza y por la Escuela Naval de Marín, donde embarcó durante seis meses en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Ahora deberá convivir con otras tres compañeras en una camareta compartida, con baño común en el pasillo, horarios férreos y un equipo personal que incluye desde protector solar hasta un kit de costura.
El reto es mayúsculo: seguir los pasos de su padre, Felipe VI, que llegó a pilotar un Eurofighter, y de su abuelo Juan Carlos I, que voló el A400M. Pero no todos lo consiguen. Algunos alumnos, incluso tras completar toda la formación, no logran superar la prueba del vuelo en solitario.
La gran incógnita está servida: ¿acabará Leonor convirtiéndose en piloto o se quedará a las puertas de su reto más ambicioso?
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