Daniel Ortiz reivindica la reinserción como herramienta transformadora: “Hay muchos tópicos y desconocimiento”
El director del CIRE, la empresa pública catalana dedicada a facilitar la reinserción de personas privadas de libertad, explica que combina formación, ocupación e inserción laboral. El año pasado 3.397 personas se formaron en las prisiones catalanas y 3.560 fueron contratadas.
El Centre d’Iniciatives per a la Reinserció (CIRE) se ha consolidado como un referente en el ámbito penitenciario y de reinserción social, tanto en Catalunya como a nivel internacional. Su director, Daniel Ortiz, sostiene que aún persisten estereotipos y malentendidos sobre el proceso de reinserción: “Hay muchos tópicos y mucho desconocimiento”. Según Ortiz, estas percepciones erróneas no son inofensivas, ya que condicionan la opinión pública y afectan la confianza de las empresas y de la sociedad en general hacia las personas privadas de libertad.
Este reportaje analiza cómo funciona el CIRE, cuál es su modelo integral de formación, ocupación e inserción (FOI), y cómo logra transformar vidas, fortalecer la seguridad social y ofrecer oportunidades reales a quienes cumplen condena.
Un modelo pionero que integra formación, empleo e inserción
El CIRE no es solo un organismo de gestión penitenciaria: es una plataforma integral que combina educación, experiencia laboral y acompañamiento social. Daniel Ortiz explica que la reinserción no puede reducirse a un mero trámite legal: “Hay muchas percepciones que no se ajustan en absoluto a la realidad y que hacen daño”.
El modelo FOI del CIRE integra tres fases fundamentales: formación académica y profesional, empleo en talleres productivos dentro de los centros y acompañamiento para acceder al mercado laboral al salir de prisión. Según Ortiz, “el paso por la prisión debe ser lo menos gravoso posible, y que los internos puedan salir lo mejor preparados para integrarse laboralmente”.
El año pasado, 3.397 personas privadas de libertad participaron en 426 acciones formativas. Estas incluyen desde certificados de profesionalidad gestionados a través del Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC), hasta capacitaciones específicas para trabajar en cocina, lavandería, tiendas penitenciarias o servicios logísticos dentro de los centros.
Entre las especialidades ofrecidas destacan auxiliares de almacén, jardinería, floristería, operaciones básicas en restauración, fontanería, calefacción y climatización, retoque textil, soldadura, panadería y briochería, entre otros. Ortiz subraya que la formación no solo es técnica: “Se adquieren habilidades sociales, hábitos de responsabilidad y capacidades que preparan para el trabajo ordinario”.
Empleo y colaboración con empresas: un puente hacia la sociedad
La ocupación laboral constituye otro pilar del CIRE. En 2024, 3.560 internos fueron contratados gracias a la colaboración de más de 200 empresas públicas y privadas. Estas van desde multinacionales hasta pequeñas empresas familiares, y abarcan sectores diversos como fundición, automoción, producción textil, mobiliario escolar y material de oficina.
El CIRE dispone de 70 talleres repartidos en 18 puntos de producción en toda Catalunya, con 60.000 metros cuadrados de superficie productiva, incluyendo el taller exterior de Raimat (Lleida). Entre los productos elaborados se encuentran uniformes para personal sanitario, mobiliario escolar y material destinado a hospitales y clínicas.
Ortiz subraya que la identidad del CIRE no aparece en el producto final: “No está identificado ni la bata del hospital ni el pupitre de la escuela; lo importante es el aprendizaje, las habilidades y la capacitación”. Además, explica que “cuando la empresa muestra interés y es competitiva, pero también consciente de su responsabilidad social, el CIRE puede ser un buen partner”.
‘Made in CIRE’: visibilidad y valor social
Para visibilizar la labor de los internos y la importancia de la reinserción, el CIRE creó en 2004 la marca ‘Made in CIRE’. Los productos con este sello se venden tanto en línea como en cinco tiendas físicas, en colaboración con la Agència Catalana de Turisme. Ortiz explica: “El objetivo no es ganar dinero, somos una empresa pública y nos dedicamos a la reinserción. Nuestra obligación es equilibrar ingresos y costes”.
Esta iniciativa permite mostrar a la sociedad que la producción penitenciaria es real, útil y que los internos adquieren habilidades transferibles al mundo laboral. Además, los productos se han replanteado y rediseñado recientemente para ofrecer un catálogo actualizado y atractivo para los ciudadanos.
Inserción laboral y acompañamiento personalizado
El CIRE acompaña a los internos más allá de los talleres: la inserción laboral incluye seguimiento personalizado, orientación y apoyo para acceder al mercado ordinario. En 2024, 2.880 personas fueron atendidas y se firmaron 1.115 contratos de trabajo, de los cuales el 85% correspondieron a empresas ordinarias y el 15% restante al tercer sector y a empresas de inserción.
Empresas públicas como el Institut Català de la Salut (ICS), Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), el 112 Emergències o la Agencia Catalana de l’Aigua confían en el CIRE. Ortiz explica que incluso quienes carecen de papeles pueden trabajar legalmente en los talleres y, al salir en tercer grado, cuentan con documentación especial que les permite continuar trabajando, aunque luego deban regularizar su situación por sí mismos.
“Somos muy conscientes de que nosotros somos una pieza importante, pero modesta, de todo este engranaje”, afirma Ortiz. Esta coordinación con empresas, organismos públicos y servicios sociales refuerza la reinserción y disminuye la probabilidad de reincidencia.
Impacto social y reducción de la reincidencia
El CIRE no solo genera beneficios formativos y laborales, sino también un impacto social tangible. Ortiz destaca que “que el 80% de las personas que pasan por este proceso no reincidan, tiene un efecto social”. La reinserción, según el director, fortalece la cohesión social, reduce el riesgo de delitos futuros y genera confianza en la ciudadanía y en las empresas.
“Si esto no fuera así, si la tasa de reinserción o rehabilitación fuese más baja, también tendría unas consecuencias sociales diferentes”, subraya Ortiz. La entidad actúa como un puente entre el sistema penitenciario y la sociedad, mostrando que la rehabilitación efectiva es posible y que la inversión en reinserción tiene un retorno real en seguridad y cohesión social.
Reflexión final
El trabajo del CIRE evidencia que la reinserción no es un concepto abstracto ni un simple trámite legal: es un proceso integral que combina formación, empleo y acompañamiento, donde la participación de empresas, organismos públicos y la sociedad es crucial. Daniel Ortiz concluye que derribar mitos y desconocimiento sobre la reinserción es tan importante como la propia formación y empleo: “El conocimiento del proceso permite evaluar no solo la perspectiva de derechos humanos y dignidad, sino también el impacto social positivo”.
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