Identifican al autor de un asesinato en Reus 21 años después

Los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional han resuelto un caso de homicidio que llevaba más de dos décadas sin esclarecer. Una mujer ha sido detenida e identificada como presunta autora, junto con un hombre ya fallecido en 2022, del asesinato violento de un hombre en Reus (Tarragona) en el año 2003. La resolución del caso ha llegado poco antes de que prescribiera legalmente.

La investigación comenzó en septiembre de 2004, cuando la hermana de la víctima denunció su desaparición ante la Policía Nacional en Reus. Durante años, las pesquisas no lograron avances significativos, y el caso quedó estancado en los archivos.

En 2021 se produjo un giro clave: unos senderistas encontraron restos humanos enterrados en una zona rústica del término municipal de Riudecols (Tarragona). Aunque se recuperaron los restos y se realizaron análisis forenses, en ese momento no se logró identificar a la víctima, ya que no había coincidencias en las bases de datos genéticas disponibles.

No fue hasta 2024 cuando se reactivó la investigación, gracias a nuevos testimonios. La hermana del desaparecido se puso en contacto con los Mossos d’Esquadra después de que un conocido de su hermano, en una confesión informal a un familiar, revelara los nombres de las personas implicadas en su muerte. A raíz de esta información, los investigadores volvieron a analizar los restos óseos y, esta vez, lograron establecer una coincidencia genética con familiares del desaparecido, confirmando así su identidad.

Según la información facilitada por la policía, la víctima fue conducida en 2003 por su expareja sentimental y la nueva pareja de esta a una masía aislada. Allí, presuntamente, fue asesinado con un arma blanca. El móvil del crimen habría sido económico: apropiarse de la empresa de extintores que el hombre dirigía.

El segundo implicado, la pareja actual de la mujer en ese momento, falleció en 2022, por lo que no podrá ser juzgado. La detenida, por su parte, ha pasado a disposición judicial y se enfrenta a cargos por homicidio, ocultación de cadáver y otros posibles delitos relacionados.

Este caso pone de relieve la importancia de las técnicas modernas de identificación genética, que, combinadas con la persistencia de los familiares de las víctimas y nuevas líneas de investigación, permiten reabrir y resolver crímenes antiguos que parecían destinados al olvido.