Acusan a un médico de provocar la muerte de un bebé en el parto tras "saltar sobre el estómago mientras lanzaba insultos racistas"
La víctima ha hablado para los medios locales y ha confirmado que la muerte de su bebé se debió a un "parto violento", según un informe post-mortem
Los defensores serbios de los derechos humanos han pedido este martes que se autorice la presencia de asistentes en los partos después de que un recién nacido muriera la semana pasada en un presunto caso de violencia por parte de un médico.
El caso ha conmocionado a Serbia después de saberse que una mujer rumana acusó a su ginecólogo de "saltar sobre su estómago" y proferir insultos racistas mientras estaba de parto. Desafortunadamente, el bebé murió en el acto.
El médico en cuestión, ha sido arrestado por haber puesto en peligro la salud de la mujer, y ahora está bajo custodia. Mientras tanto, la junta directiva del Hospital General de la localidad dio luz verde a que las mujeres autoricen la presencia de un acompañante en el parto, siempre y cuando pasen los controles médicos habituales.
La víctima ha hablado para los medios locales y ha confirmado que la muerte de su bebé se debió a un "parto violento", según un informe post-mortem. Lo peor de todo es que no se trató de un caso aislado, ya que las redes sociales se inundaron de testimonios similares sobre abusos durante procedimientos ginecológicos.
PETICIÓN OFICIAL
El grupo de defensa Kreni-Promeni ha recogido más de 190.000 firmas en una petición de reforma para que las mujeres embarazadas estén acompañadas por su pareja durante el parto, y esta mañana lo han entregado al Ministerio de Sanidad serbio.
"Este es un llamado a proteger a todas las futuras madres, para que puedan sentirse más seguras y traer a sus bebés al mundo en un ambiente mejor y menos estresante", afirmó Marina Pavlic, directora ejecutiva de Kreni-Promeni, en un comunicado.
Por su parte, la Ministra de Salud, Danica Grujičić, respondió: "La violencia obstétrica es inadmisible. Debemos prestar especial atención y cuidado a las mujeres embarazadas y en trabajo de parto. Trabajaremos para mejorar la educación de nuestros colegas y protegeremos a las madres y mujeres embarazadas en todos los sentidos".
No obstante, también ha querido rebajar la tensión hacia los profesionales del sector: "Si la caza de brujas comienza ahora, dentro de cinco años nadie querrá ser ginecólogo u obstetra. Las complicaciones ocurren en todas partes del mundo dentro de un cierto porcentaje; necesitamos alcanzar ese porcentaje permitido".
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