Crió a un chimpancé como si fuese su hijo… hasta que le arrancó la cara a su amiga
La estremecedora llamada al 911 reveló el brutal ataque del chimpancé Travis a Charla Nash
Una llamada al 911 desgarradora, gritos de desesperación y una escena digna de una película de terror. Así comenzó el 16 de febrero de 2009, el día en que Sandra Herold vio cómo su querido chimpancé Travis, al que había criado como a un hijo, atacaba salvajemente a su amiga Charla Nash en su casa de Stamford, Connecticut.
Según recogieron medios como Daily Star e Irish Star, la llamada de 12 minutos de Sandra a emergencias fue una súplica entre sollozos. “¡Le arrancó la cara! ¡Se la está comiendo!”, gritaba. El operador, desconcertado, le preguntaba: “¿Qué está haciendo el mono?”, mientras de fondo se escuchaban los gritos inhumanos del primate fuera de control.
Las autoridades llegaron y, tras un enfrentamiento caótico, dispararon a Travis, que finalmente murió en su cama favorita, cubierto de sangre.
Charla Nash sobrevivió milagrosamente
Aunque sus heridas eran devastadoras —sin rostro, sin manos, sin ojos, sin mandíbula, y con daños cerebrales severos—, Charla Nash logró sobrevivir contra todo pronóstico. Posteriormente recibió un trasplante de rostro y, aunque una operación de manos fue rechazada, vive bajo cuidados médicos permanentes.
En una entrevista con Oprah Winfrey, expresó:
“He perdido tanta independencia. Podía cambiar la rueda de mi camión, ahora no puedo ni alimentarme”.
Travis: ¿una víctima o una amenaza?
Travis no era un chimpancé común. Desde los 3 días de vida, fue tratado como humano: dormía en la cama de Sandra, usaba el baño, cenaba vino y langosta, y veía televisión. Incluso tomó Xanax aquel día, según admitió Sandra, para calmar su ansiedad. Algunos creen que el cambio de peinado de Charla pudo haberlo confundido, desatando el ataque.
Con 200 libras y 14 años, Travis era una fuerza imparable. Ni los golpes de pala ni las puñaladas de Sandra lograron detenerlo al principio. Solo los disparos de la policía pusieron fin a la carnicería.
¿Deben los chimpancés ser mascotas?
Sandra defendió a Travis incluso tras el ataque:
“¿Lo habría vuelto a hacer? ¡Sí! Son lo más parecido a los humanos. Este fue un incidente del que no sé qué pasó”.
Sandra falleció 15 meses después, enterrada junto a las cenizas de Travis y de su hija.
El caso de Travis y Charla sigue generando debate: ¿es ético humanizar a animales salvajes?, ¿hasta dónde puede llegar el vínculo humano-animal? Y sobre todo, ¿cómo evitar que una tragedia así se repita?
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