Vídeo: Terror en un campo de fútbol, los aficionados de Independiente convierten el partido en una tragedia
La policía local reportó la detención de 111 personas por cargos que incluyen lesiones graves y resistencia a la autoridad.La violencia comenzó en el primer tiempo, cuando unos 3.000 hinchas chilenos fueron ubicados en una bandeja superior sobre la barra de Independiente.
Lo que debía ser una fiesta de fútbol terminó en tragedia. El partido entre Independiente y Universidad de Chile, por los octavos de final de la Copa Sudamericana, fue suspendido este miércoles en Buenos Aires después de que estallara una ola de violencia en las tribunas que dejó decenas de heridos y más de un centenar de detenidos.
Las escenas, difundidas en redes sociales, muestran butacas ardiendo, hinchas golpeados y cuerpos ensangrentados tirados en los escalones de la tribuna visitante. Según informó el embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera Gallo, hay al menos nueve chilenos hospitalizados, uno de ellos en estado grave. La policía local reportó la detención de 111 personas por cargos que incluyen lesiones graves y resistencia a la autoridad.
La violencia comenzó en el primer tiempo, cuando unos 3.000 hinchas chilenos fueron ubicados en una bandeja superior sobre la barra de Independiente. Desde allí arrojaron piedras, palos y hasta bombas de estruendo hacia los locales. En el segundo tiempo, un grupo de hinchas de Independiente invadió el campo y luego la tribuna visitante, desatando una auténtica cacería: desnudaron, golpearon y hasta arrojaron a un hombre desde diez metros de altura, según muestran las imágenes.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, denunció la “evidente irresponsabilidad en la organización” y subrayó que “nada justifica un linchamiento”. La U de Chile calificó lo ocurrido como un “brutal ataque” y afirmó que lo deportivo pasa a segundo plano. En cambio, el presidente de Independiente, Néstor Grindetti, culpó directamente a la hinchada visitante y reclamó sanciones contra el club chileno.
La CONMEBOL confirmó de madrugada que, ante la falta de garantías de seguridad, el encuentro queda cancelado y será derivado a la Comisión Disciplinaria para determinar responsabilidades. Mientras tanto, unos 350 hinchas chilenos fueron detenidos en Puerto Madero y otros debieron ser acogidos por vecinos de Avellaneda.
Lo que quedó en la cancha fue una postal devastadora: butacas calcinadas, heridos abandonados y una certeza incómoda para el fútbol sudamericano —otra noche manchada por la violencia que convierte al deporte en escenario de barbarie.
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