Los incendios en España tocan techo y registran el peor dato de la década
Hasta ahora ya han ardido 382.607 hectáreas en España
Los incendios forestales han arrasado un total de 382.607 hectáreas en España en lo que va de año, según los últimos datos del Sistema de Información de Incendios Forestales de la Comisión Europea (EFFIS-Copernicus). La cifra convierte a 2025 en el año con más superficie calcinada de la última década, superando incluso a 2022, cuando ardieron más de 200.000 hectáreas hasta el mes de agosto.
El salto en los registros ha sido vertiginoso. Hasta finales de julio, el balance acumulado era de 41.903 hectáreas, que subió ligeramente a 47.302 hectáreas el 7 de agosto. Sin embargo, la oleada de fuegos desatada en las últimas semanas ha disparado el recuento: cerca de 340.000 hectáreas han ardido en apenas quince días, según los satélites de Copernicus.
La magnitud de los incendios de este verano queda reflejada en los datos oficiales del Gobierno. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, informó el pasado 18 de agosto de que hasta el día 10 se habían contabilizado 138.000 hectáreas quemadas. No obstante, la propia ministra advirtió de que las cifras “previsiblemente empeorarán” a medida que se incorporen al balance los grandes incendios que siguen activos en buena parte del país, con especial incidencia en Galicia, Castilla y León, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Si las cifras de Copernicus se confirman, 2025 marcará un récord devastador que evidencia la fragilidad del territorio frente a los incendios forestales, cada vez más intensos y difíciles de controlar en un contexto de sequía extrema, altas temperaturas y fuertes vientos.
La emergencia ha obligado a desalojar a decenas de miles de personas en los últimos días y ha interrumpido infraestructuras clave como la línea de alta velocidad entre Madrid y Galicia, suspendida durante casi una semana por la proximidad de las llamas. Mientras tanto, comunidades como Galicia han denunciado la falta de medios estatales suficientes para contener los grandes frentes de fuego.
España se enfrenta así a una de las peores campañas de incendios de su historia reciente, con un balance que, lejos de cerrarse, sigue creciendo cada jornada en medio de un verano que parece no dar tregua.
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