Mientras que en Extremadura y Asturias se respira un respiro de alivio tras la estabilización de los grandes incendios, el noroeste del país sigue bajo la sombra de las llamas. Más de 700 personas han sido evacuadas en la provincia de León y en Ourense, donde los incendios persisten con una virulencia alarmante.
León: el respiro de la estabilización roto por nuevos focos
La provincia de León ha experimentado un domingo de contrastes, donde las esperanzadoras noticias de la estabilización de algunos incendios se han visto ensombrecidas por la reactivación de dos nuevos focos. En Garaño, un fuego declarado a primera hora de la tarde obligó al desalojo de casi 400 personas de los pueblos de Viñayo, Piedrasecha, Portilla de Luna y Sagüera de Luna. Poco después, en Molinaseca, otro incendio provocó la evacuación de esta localidad y de Lombillo de los Barrios. Estos nuevos desalojos se suman a los ya realizados en Fasgar y su entorno, elevando el número de vecinos fuera de sus hogares a 716 en doce pueblos de la provincia. Aunque la mayoría ha acatado las directrices de Protección Civil, algunos se han negado a abandonar sus viviendas, a pesar del riesgo inminente.
Ourense: una provincia asediada por las llamas
En Galicia, la provincia de Ourense concentra la mayor parte de la emergencia. Tres incendios permanecen activos, siendo el más reciente el de la parroquia de Nieva en Avión. Sin embargo, los más devastadores son los de Vilariño de Conso y Chandrexa de Queixa, que han calcinado unas 19,000 hectáreas, y el de Casaio en Carballeda de Valdeorras, con 4,400 hectáreas arrasadas. A estos se suman otros fuegos que, aunque ya se han catalogado como "estabilizados", han dejado a su paso un rastro de destrucción de miles de hectáreas: 30,000 en Larouco, 17,000 en Oímbra y Xinzo, y 10,000 en A Mezquita.
Extremadura y Asturias
En Jarilla (Cáceres), el Plan Infoex ha declarado el fuego como controlado después de arrasar más de 17,000 hectáreas, aunque las brigadas de emergencia continúan trabajando en la zona. De manera similar, en Asturias, la situación comienza a mejorar. El incendio de Degaña ha sido contenido y se ha logrado frenar el avance de las llamas en Somiedo y Genestoso, pero la alerta se mantiene para evitar nuevos sobresaltos. La situación actual en el país refleja la creciente complejidad de los incendios forestales, con focos que se reactivan y una virulencia que obliga a movilizar todos los recursos disponibles para proteger a la población y el entorno natural.
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