La negra sombra de los intereses detrás de los incendios: "Prevención es una política industrial que no se base en el eucalipto"

Los portavoces de Amigas da Terra y Ecoloxistas en Acción, Ángel Dorrío y Cristóbal López, atienden a Galiciapress para valorar el éxito de las protestas celebradas por la plataforma 'Por un monte galego con futuro', donde se integran los dos colectivos ecologistas.

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Incendios protestas por un monte galego con futuro
Los portavoces de Amigas da Terra y Ecoloxistas en Acción, Ángel Dorrío y Cristóbal López, atienden a Galiciapress para valorar el éxito de las protestas celebradas por la plataforma 'Por un monte galego con futuro', donde se integran los dos colect

 

Incendios protestas por un monte galego con futuro
Foto: RTVE

 

En lo que va de agosto, y según los datos del sistema europeo Copernicus, han ardido en Galicia más de 160.000 hectáreas de terreno. Esto quiere decir que nada menos que 1.600.000.000 m² han sido pasto de las llamas en este octavo mes del año. Las protestas celebradas el pasado jueves 21 de agosto, aunque multitudinarias, se quedan pequeñas si pensamos en la cantidad de personas que harían falta para llenar cada metro cuadrado que hoy es ceniza. Estas cifras ayudan a poner en perspectiva un problema de muy difícil solución y que trae de cabeza a las organizaciones ecologistas que integran la plataforma 'Por un monte galego con futuro', convocante de las movilizaciones de la semana pasada y que baraja la posibilidad de volver a llamar a la ciudadanía para protestar por la gestión de los incendios. 

 

 

PROTESTA DE VERANO

Ángel Dorrio, portavoz del colectivo Amigas da Terra, celebra la buena acogida que tuvo la llamada a manifestarse en más de una veintena de localidades gallegas, sobre todo teniendo en cuenta que en agosto, coincidiendo con las vacaciones de muchos, resulta difícil movilizar a un gran grupo de gente. Sin embargo, fueron miles los que salieron a la calle, lo que da buena cuenta, a su juicio, "de la problemática a la que nos enfrentamos". 

 

"Fue un éxito de asistencia en todos los municipios donde hubo protestas", recalca Dorrío, considerando unánime la idea de que la gestión que hizo la Xunta en materia de prevención y actuación fue mala. Desde Ecoloxistas en Acción, también parte de este movimiento, su portavoz Cristóbal López comparte positivamente sus sensaciones después de las "manifestaciones multitudinarias" que se vivieron en ciudades como Ourense, A Coruña o Vigo, donde él estuvo presente. 

 

"Es obvio que la protesta tenía un componente político, pues señalábamos a un gobierno como es el de la Xunta como responsable de que estos incendios sean tan catastróficos por sus políticas forestales. Solo en Vigo había cerca de 4.000 personas y es muy difícil movilizar a tantas personas en un contexto como el actual", refiere López. 

 

 

Precisamente, en la ciudad olívica la protesta estuvo cubierta de humo, pues hasta allí llegaron los efectos de los fuegos declarados ese mismo día en Vilaboa y Oia, algo que evidenció todavía más la urgencia de actuar en este momento de crisis. "Estos son incendios que se sofocarán, pues tenemos un servicio de extinción competente, aunque sus profesionales se encuentren precarizados. Lo que no podemos es esperar a ver imágenes como las de 2017, con Vigo totalmente cercada por el fuego", rememora López.

 

"PARA RUEDA LA CULPA ES DE TODOS MENOS DE ÉL"

La respuesta de Alfonso Rueda a los manifestantes que pedían su dimisión fue aseverar que "algunos estuvieron de vacaciones como si no hubiera incendios", en clara alusión a personalidades políticas como la líder del BNG Ana Pontón o la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz, que participaron en las marchas.

 

 

López tira de sorna y cree que Rueda estaba "celoso por no poder estar él de vacaciones y tener que hacer el paripé durante la ola de incendios", a la vez que critica "el despropósito" de sus declaraciones. "Ni yo ni nadie tenemos que ir al monte a nada, que no somos bomberos. Allí solo estorbaríamos y nos pondríamos en riesgo. Parece que la culpa es de todos, de los incendiarios, de la Red Natura y de los 'ecologetas'. De todos menos de él, que es el que tiene las responsabilidades y las competencias. Hay que reconocer los errores, analizar lo ocurrido y reconocerlo para evitar que ocurra de nuevo", asume. 

 

Para Dorrío es un ejemplo del nivel de la política actual donde "unos y otros se tiran los trastos a la cabeza", sin entrar a valorar el contenido de las palabras de Rueda. "Ya estamos hartos. Llevamos 40 años con estas políticas forestales de la Xunta y repitiendo todos los años las mismas cosas. Hay que llegar a una solución y que la administración actúe de forma eficaz", reprenden desde Amigas da Terra, que recuerdan que las consecuencias de oleadas de incendios como la de este 2025, pero también las de 2022, 2017 o 2006, son mortales y muy destructivas, derivadas del abandono del rural.

 

"La despoblación es uno de los principales problemas. Vimos lo importante que es que haya gente en los pueblos y en las aldeas con el incendio de Pena Trevinca, pues fueron los vecinos los que evitaron que ardiese el Teixadal de Casaio. Sin su intervención hubiéramos perdido esta joya patrimonial y ecológica", abunda Dorrío.

 

 

En Ecoloxistas en Acción acentúan que las zonas pobladas no corren el riesgo de sufrir la epidemia de incendios que se vive en el interior gallego. "Allí la prevención es casi nula y se dejan hasta última hora las labores para evitar los incendios. Claro que entendemos que primero hay que actuar donde haya más población, nadie discute eso, pero vemos que hay incendios que superan lo establecido porque se destinaron recurosos a otros lugares y no hay capacidad de actuar sobre ellos", lamentan. 

 

Olas de calor tan largas como la que se dio este mes de agosto, resultado del proceso de cambio climático en el que nos encontramos, o la ordenación de los montes y la acción del ser humano, son otros aspectos que López pone sobre la mesa para entender estos "fuegos 6.0" o incendios de sexta generación, aunque insiste en la necesidad de ser cautos a la hora de hablar de las causas de estos incendios.

 

 

DE LAS TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN AL OSCURANTISMO

Y es que a la sombra de los incendios han surgido teorías que podrían entrar dentro del universo de la conspiración. Tradicionalmente en Galicia se ha rumoreada mucho sobre la naturaleza de algunos incendios provocados, con tesis que van desde proyectiles incendiarios lanzados en avioneta hasta brigadistas pirómanos. Ahora, son intereses urbanísticos, madereros, energéticos o de la industria minera los que, según algunos, se esconden detrás de esta ola de incendios. 

 

Lo que no se le escapa a nadie es que, en algunos casos, tiene que existir alguna motivación para prender el fuego y sacar algún tipo de beneficio. López ve que en Galicia existe "un componente de intencionalidad", pero es cauto a la hora de aseverar si son en su mayoría intencionados o fortuitos.

 

"Que sean intencionados tampoco quiere decir que sean pirómanos los responsables. En muchos casos son incendiarios que responden a intereses económicos o especulativos", afirma, a la vez que llama a la prudencia cuando se trata de especular sobre la "idoneidad" de algunos incendios pues "hay que diferenciar entre lo que algunos piensan y lo que realmente sabemos".

 

 

"No podemos crear bulos con aquello que podemos percibir. Lo que sí es cierto es que los incendios causados por pirómanos son un porcentaje realmente insignificante. El porcentaje de incendios hechos por incendiarios es pequeño, pero significativo. Luego están aquellos fuegos resultado de la actividad humana, en desbroces, quemas parciales, obras o descuidos, que son la mayoría. La clave sería regular mejor todas esas actividades humanas con las que evitar una buena parte de los incendios". 

 

"Algunas administraciones le echan la culpa incluso a la Red Natura 2000, como si fuese una obligación de Europa o un impedimento para gestionar los espacios naturales. Las administraciones reciben mucho dinero de Europa para los planes de gestión de estas zonas. Si tienen las competencias y reciben fondos para su cuidado, ¿a quién le echan la culpa? Si se quema es por culpa suya", reprueba López.

 

Dorrío, en cambio, llama a considerar que cada incendio y cada zona tiene sus casuísticas, además de que hay aspectos que ahora mismo están siendo investigados por la Justicia, como el hecho de la propia Fiscalía investigue los planes de prevención de cada municipio y si estos eran adecuados. 

 

 

Con todo, desde Amigas da Terra sí ven cierto oscurantismo por parte de las propias administraciones públicas en torno a reconocer algunos incendios o, incluso, a poner en negro sobre blanco el número de hectáreas quemadas, ya que las cantidades que calcula la Xunta, por encima de las 87.000 hectáreas, son bajas con respecto a los cálculos que hace Europa. 

 

 

"Ya en 2022 pasó lo mismo. Entonces no había los recursos que hay hoy. No sabemos qué interés tiene la Xunta en decir que el número de hectáreas es menor del que es, o no contando incendios o contándolos tarde, como ocurrió en Pena Trevinca, sobre el que tardaron varios días en publicar la existencia de este incendio cuando era sabido por todas las redes sociales. No sé qué interés puede haber en ocultar esta realidad. Son unos negacionistas en su máxima expresión", censura Dorrío.

 

"La prevención", apostilla López, "es mucho más que limpiar el monte y abrir cortafuegos. La prevención también es una política industrial que no se base en el eucalipto. Cuando permites una serie de usos y actividades industriales en el monte en plena temporada de incendios, no hay prevención. Luego está lo demás, pero si evitas los riesgos para la ignición no hay que gastar luego". 

 

¿MÁS CONCENTRACIONES?

Este martes los colectivos que integran la plataforma 'Por un monte galego con futuro' se reunirán para poner en común sus impresiones tras las movilizaciones del jueves. A la vista está que los incendios siguen siendo un problema de primer orden, por lo que el encuentro servirá también para poner en marcha distintas acciones conjuntas con las que seguir presionando a las administraciones públicas. 

 

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Foto: ADEGA

 

En el horizonte, la posible convocatoria de más concentraciones, esta vez una a nivel nacional con su epicentro, presumiblemente, en Santiago de Compostela. No obstante, esta es solo una idea preliminar que, en cualquier caso, aseguran a este diario, no tendría lugar en lo que queda de agosto y estaría más enfocada al otoño para poder organizarla "como es debido" a fin de garantizar una nutrida asistencia desde todos los rincones de la geografía gallega, especialmente desde aquellos más castigados por la ola de incendios. 

 

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