Liberada una mujer que ha pasado más de 20 años encerrada en una habitación por su hermano
Ha conseguido la libertad gracias a la denuncia de un vecino
Una mujer italiana vivió durante más de 22 años en una pequeña habitación sin calefacción hasta que, tras un informe, fue liberada por los carabinieri. La protagonista de la historia es una mujer de 67 años de Bojano, en la provincia de Campobasso, en Molise. Durante años, la mujer, viuda y sola, fue privada de atención médica y mantenida secuestrada en una pequeña habitación de una casa, a veces con la ayuda de cuerdas. Sus verdugos eran su hermano y su cuñada.
Ahora la mujer ha sido liberada por los carabinieri, tras un informe, y se encuentra en una estructura protegida. Después de asegurarle que nunca volvería a esa casa y la tranquilizarla, relató a los militares más de veinte años de privaciones y hostigamientos físicos y psicológicos, diciendo que había sufrido golpes, bofetadas, amenazas y la privación total de la libertad personal.
Las pesquisas se iniciaron por un informe y esclarecieron un episodio que el fiscal define como "horror cotidiano". Los autores materiales del secuestro de la mujer de 67 años serían su hermano y su cuñada, denunciados ante el Ministerio Público pero no alcanzados por ninguna medida cautelar privativa de libertad por el momento por la inexistencia del peligro de reiteración. La víctima, puesta en libertad el viernes por la noche y acompañada a la estación de los carabinieri, fue escuchada por un consultor designado por el fiscal en el tribunal de Campobasso que sigue las investigaciones sobre la conducta delictiva de la que deberán responder los cónyuges.
La historia comienza en 1995, cuando la mujer, entonces de 40 años, enviuda y acepta la invitación de su hermano, quien decide hospedarla y poner a su disposición lo que fuera la habitación de los ancianos padres. Tras unos años de convivencia pacífica, la mujer se vio obligada a trasladarse a una habitación creada junto a la leñera, sin calefacción, accesible por una escalera exterior de caracol y dotada de un rudimentario sistema de cierre desde el exterior, con una resistente cuerda atada a un clavo anclado a la pared, para impedirle salir en ausencia de los cónyuges.
La mujer estuvo privada de atención médica durante años, y solo esporádicamente estuvo acompañada por una peluquera, vigilada de cerca por su cuñada. Nunca más volvió a salir sola, ni siquiera para ir a la tumba de su difunto esposo, y nunca se le permitió hablar con nadie. “El punto de inflexión llegó gracias a una denundia de un vecino -explicó el mayor de los carabinieri Edgar Pica-, demostrando la necesidad de denunciar siempre y con prontitud la violencia.
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