Playas secretas y tranquilidad absoluta: el destino oculto de la Costa Brava
Playas vírgenes, senderos secretos y calma total: el destino que debes visitar ya
Entre el gris del turismo masivo de lugares como Cadaqués o Lloret de Mar, existe un rincón de la Costa Brava que conserva intacto su encanto tradicional y sus rincones casi vírgenes. Con apenas unos pocos miles de habitantes, protegido por el Parque Natural de Cap de Creus y la Sierra de la Albera, este destino ofrece más de 7 km de litoral con 22 calas y playas de arena y roca, itinerarios de senderismo junto al Mediterráneo y un ambiente tranquilo que contrasta con la aglomeración de otros municipios vecinos.
Un municipio auténtico y libre de multitudes
Este pequeño pueblo del Alt Empordà conserva su tradición pesquera y el casco histórico aún rezuma sabor marinero . Con su puerto centenario, donde los pescadores faenan al alba, mantiene un ritmo de vida pausado que invita a olvidarse del reloj .
Playas y calas de ensueño
Su litoral de 22 playas y calas abarca desde amplias playas urbanas equipadas hasta calas casi inaccesibles, ideales para quienes buscan soledad y naturaleza pura . Destacan la Platja de Grifeu, la Cala Bramant y el Cau del Llop, pequeñas joyas rodeadas de acantilados y pinos que regalan atardeceres inolvidables .
Naturaleza y senderismo junto al mar
Rodeado por el Parque Natural de Cap de Creus y la serra de la Albera, el municipio es punto de partida del GR 92, con rutas que ofrecen panorámicas del Mediterráneo y vestigios históricos a cada paso . Los amantes de la BTT o el kayak también hallarán aquí itinerarios y empresas locales que facilitan la práctica de estos deportes .
Alejado de la masificación
Mientras lugares como Cadaqués multiplican su población por diez en verano y tienen que limitar cruceristas para atajar la masificación, este rincón sigue siendo un refugio de tranquilidad y autenticidad. Nada que ver con las aglomeraciones de Lloret de Mar, famoso por su vida nocturna y sus playas abarrotadas .
Consejos para el viajero
Cuándo ir: evita julio y agosto; mayo, junio y septiembre regalan clima perfecto y pocos visitantes.
Dónde alojarse: opta por hoteles boutique o casas rurales que respetan el entorno.
Gastronomía: degusta pescado fresco en chiringuitos junto al puerto; reserva con antelación.
Cómo llegar: en coche por la N-260 entre Figueres y Portbou, o en tren por la línea Barcelona–Cerbère .
Atrévete a descubrir este oasis de calma y belleza antes de que el secreto salga a la luz. ¡La Costa Brava te espera!
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