Las 5 playas perfectas a media hora de Barcelona para un verano sin agobios
Escapa de las multitudes y descubre rincones escondidos a solo 30 minutos de Barcelona
¿Cansado de la Barceloneta a rebosar? Estas 5 playas cercanas ofrecen arena fina, aguas cristalinas y encanto auténtico. Desde calas escondidas hasta extensas playas familiares (¡y hasta un rincón nudista!), descubre alternativas frescas y tranquilas a solo media hora de la ciudad. Con aparcamiento fácil, chiringuitos de calidad y ambientes relajados, cada una supera a las urbanas de Barcelona en experiencia y confort.
1. Playa de Sant Simó (Mataró) – Naturaleza y tranquilidad maresmenses
A solo 30 minutos de Barcelona, Sant Simó es una joya del Maresme: un kilómetro de arena dorada rodeado de rocas y un entorno semi-urbanizado que invita a la tranquilidadc. Su agua cristalina y calma compiten con las mejores playas, pero aquí las multitudes desaparecen. El acceso es muy cómodo en coche o bus (N-II, C-32, C-60) y cuenta con amplio aparcamiento (100+ plazas), servicio de socorrismo, duchas y un par de chiringuitos para tomar algo. A diferencia de las playas más turísticas, Sant Simó mantiene un aire “semi-salvaje” que encanta: fina arena, aguas limpias y mucha vegetación baja entre las dunass. Por todo ello, los locales la recomiendan para huir del bullicio barcelonés.
2. Playa de Ocata (El Masnou) – Parque acuático familiar y con servicios de lujo
A unos kilómetros al norte, Ocata (El Masnou) es la playa ideal para familias exigentes. Con 2,5 km de largo y arena finísima tostada, ofrece espacio de sobra incluso en agosto Su ambiente es muy tranquilo y familiar: es habitual ver a padres e hijos construyendo castillos de arena en paz. Las aguas son transparentes y limpias, y la playa está equipada al máximo nivel: duchas, baños, vigilancia, puestos de Cruz Roja y múltiples chiringuitos. Además, un amplio paseo marítimo adaptado para peatones y ciclistas bordea toda la playa, repleto de restaurantes y heladerías donde disfrutar la cocina local. En definitiva, Ocata combina el relax de un entorno natural con todos los servicios (alquiler de sombrillas y hamacas, canchas de vóley y fútbol playa, etc.), algo poco común cerca de la ciudad.
3. Playa de Castelldefels – Kilómetros de dunas y ambiente playero “Miami”
Una visita obligada, Castelldefels (18 km al sur de Barcelona) despliega casi 5 kilómetros de costa con arena dorada fina. Galardonada con Bandera Azul, sus pequeños sistemas dunares protegidos son su seña de identidad. Se divide en tres tramos (Pineda, Lluminetes, Baixador) donde se alternan zonas muy populares con rincones más apartados. La playa está totalmente preparada para el ocio: dispone de duchas, lavabos, vigilancia, alquiler de hamacas y hasta Wi-Fi gratuita. Su paseo marítimo llano es perfecto para pasear o ir en bici, con parking cercano y abundante oferta gastronómica. Además, los constantes vientos la hacen un paraíso para surfistas, windsurfistas y kitesurfistas. En resumen, Castelldefels ofrece un ambiente amplio y familiar con espacio y servicios que las abarrotadas playas de Barcelona simplemente no tienen.
4. Cala Morisca (Sitges) – Calita nudista y semi‑salvaje en el Garraf
En el extremo norte de Sitges, Cala Morisca es una pequeña calita de arena fina y aguas limpias, enclavada entre acantilados del Parque del Garraf. Se trata de una playa naturista opcional con “aire semi-salvaje”: combina arena y rocas con vegetación baja en las paredes rocosas, creando un paisaje pintoresco. Cala Morisca conserva certificado de calidad ambiental y suele estar bastante tranquila incluso en verano, pues solo se accede a pie (hay un pequeño aparcamiento de pago junto al restaurante de arriba). No hay transporte público directo, lo que la mantiene libre de masificación. Su bar-restaurante en el acantilado (verano) sirve comidas y bebidas con vistas espectaculares al mar. En definitiva, Cala Morisca ofrece un entorno único y poco conocido, perfecto para quienes buscan naturaleza y privacidad sin alejarse mucho de Barcelona.
5. Playa de l’Home Mort (Sitges) – Naturismo e historia LGTBI en un paraje salvaje
Alejada y escondida, la Playa de l’Home Mort (junto a Sitges) es un clásico para naturistas y ambiente LGTBI. Situada en pleno parque natural del Garraf, es de difícil acceso: hay que bajar a pie desde el aparcamiento de la antigua discoteca Atlàntida. Su aislamiento la ha convertido en una de las primeras playas “gay-friendly” del mundo (reconocida desde 1930). Aquí no necesitas llevar bañador: la cala salvaje invita a la libertad. Aunque no cuenta con salvavidas ni servicios más allá de un chiringuito donde escuchar música buena, el esfuerzo vale la pena por su tranquilidad y su entorno abrupto. Quienes la conocen hablan de una experiencia playera muy diferente: silencio, naturaleza intacta y ambiente relajado, un refugio ideal para escapar de las aglomeraciones de la ciudad.
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