Los pueblos con las playas más bonitas de Catalunya para disfrutar del verano en plena naturaleza
Begur, Calella de Palafrugell, Sant Feliu de Guíxols, Sitges, El Masnou y Garraf ofrecen un verano inolvidable entre calas, tradición marinera y encanto mediterráneo
Catalunya es mucho más que Barcelona y sus playas urbanas. A lo largo de su extenso litoral, se esconden auténticos tesoros costeros donde la naturaleza, la historia y la arquitectura tradicional se combinan para ofrecer experiencias únicas. Ya sea en la salvaje Costa Brava o en el acogedor Maresme, pequeños pueblos marineros conservan ese aire auténtico que los convierte en destinos ideales para quienes buscan descansar, explorar y vivir el verano de una forma más pausada.
Desde calas escondidas de aguas cristalinas hasta paseos junto al mar entre casas blancas y barcas varadas, esta es una selección de los pueblos catalanes con las mejores playas para disfrutar este verano. Son lugares que no solo destacan por su belleza natural, sino también por su capacidad de conservar el alma mediterránea, incluso en plena temporada alta.
Begur: un refugio entre historia y calas paradisíacas
Begur, situado en el corazón de la Costa Brava, es uno de los municipios más apreciados por los catalanes para desconectar del bullicio urbano. Su arquitectura colonial, sus estrechas calles empedradas y las ruinas de su castillo medieval crean un ambiente de cuento.
Pero el verdadero tesoro de Begur se encuentra a sus pies: calas de ensueño como Sa Tuna, Aiguablava o Sa Riera, donde el azul intenso del mar contrasta con el verde de los pinos y la roca brava. Perfectas para bucear, hacer paddle surf o recorrer los Caminos de Ronda, estas playas son sinónimo de tranquilidad y belleza salvaje.
Calella de Palafrugell: esencia marinera junto al Mediterráneo
Con sus casas blancas, barcas sobre la arena y su aire pausado, Calella de Palafrugell es uno de los pueblos más fotogénicos de Catalunya. Aunque en verano recibe numerosos visitantes, ha logrado conservar la identidad de antiguo pueblo de pescadores, con un encanto que no pasa desapercibido.
Sus playas, como Port Bo, El Canadell o El Golfet, son pequeñas calas de aguas cristalinas donde refrescarse rodeado de naturaleza. Además, el Camino de Ronda que conecta Calella con Llafranc ofrece vistas espectaculares del Mediterráneo, ideales para pasear al atardecer.
Sant Feliu de Guíxols: cultura, mar y senderos entre acantilados
Ubicado también en la Costa Brava, Sant Feliu de Guíxols mantiene un espíritu tranquilo y mediterráneo que lo hace especialmente acogedor. Su monasterio benedictino y la Porta Ferrada hablan de su pasado medieval, mientras que su paseo marítimo y puerto moderno muestran su lado más actual.
En cuanto al litoral, ofrece desde playas amplias como la de Sant Feliu hasta calas escondidas como la de Ametller. Y para los más aventureros, el Camino de Ronda permite explorar la costa desde lo alto, con paisajes espectaculares.
El Masnou: modernismo, mar y tranquilidad a un paso de Barcelona
A tan solo media hora de la capital catalana, El Masnou es una joya poco conocida del Maresme. Su casco antiguo lleno de historia y arquitectura modernista, unido a una amplia oferta de playas familiares como Ocata o la playa del Masnou, lo convierten en un destino ideal para una escapada rápida.
Además, su puerto deportivo con restaurantes y terrazas frente al mar ofrece un entorno perfecto para relajarse mientras se disfruta de una cocina local de calidad. Accesible en tren desde Barcelona, es una opción ideal para quienes buscan mar sin complicaciones.
Sitges: elegancia, arte y playas para todos los gustos
Conocido internacionalmente, Sitges combina glamour, cultura y vida de playa como pocos lugares en Catalunya. Sus calles llenas de galerías de arte, tiendas únicas y restaurantes frente al mar crean una atmósfera vibrante pero acogedora.
Sus playas son tan variadas como su público: desde la familiar Playa de Sant Sebastià hasta la nudista Cala Morisca, pasando por La Ribera o La Fragata, ideales para pasar el día con todos los servicios. El paseo marítimo con palmeras y terrazas completa una experiencia que mezcla sofisticación y autenticidad mediterránea.
Un verano entre mar, historia y autenticidad
Catalunya ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar del verano en entornos costeros donde la belleza natural se combina con el legado cultural. Estos pueblos no solo tienen algunas de las mejores playas de la región, sino también una forma de vida que invita a la calma, la conexión con el entorno y el disfrute sin prisas.
Ya sea para una escapada de fin de semana o para unas vacaciones largas, estos destinos prometen un verano inolvidable junto al mar.
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