Descubre la otra cara de Catalunya: temperaturas agradables y lejos del bullicio de la playa

Los Pirineos son la alterntiva para aquellos que buscan alejarse de las multitudes en verano

|
Vall de Núria
La Vall de Núria es el parador ideal para escapar del calor y las multitudes Foto: Europa Press

 

Cuando se habla de los Pirineos, la imagen habitual es la de cumbres nevadas, esquí y frío. Pero más allá del invierno, la montaña catalana ofrece un rostro mucho más sereno, ideal para quienes buscan un ritmo pausado, aire puro y experiencias auténticas sin aglomeraciones.

Dos de los mejores ejemplos de este “otro Pirineo” son la Vall de Boí (Alta Ribagorça) y la Vall de Núria (Ripollès), que invitan a reconectar con la naturaleza y el silencio en pleno verano, sin necesidad de botas de esquí ni temperaturas bajo cero.

Románico, rutas suaves y silencio en la Vall de Boí

Situada en el corazón del Pirineo de Lleida, la Vall de Boí conserva intacta la tranquilidad de sus pequeños pueblos de piedra. Sus joyas más reconocidas son las iglesias románicas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como Sant Climent de Taüll, donde la visita se convierte en una experiencia inmersiva gracias a la proyección audiovisual del Pantocrátor original.

Pero Boí también es un paraíso para los que simplemente quieren pasear entre prados, bordas y caminos suaves. Hay rutas señalizadas que conectan los pueblos de manera accesible, con vistas al valle, sin desniveles exigentes. Y para quienes buscan un contacto más directo con la alta montaña, el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici ofrece rutas adaptadas y servicios de taxi 4x4 hasta puntos clave como el Planell d’Aigüestortes.

El plan perfecto se completa con una estancia en el Balneario de Caldes de Boí, que con más de treinta fuentes de aguas mineromedicinales es uno de los centros termales históricos más singulares de Europa.

Vall de Núria: un valle sin coches y con alma de santuario

En el Pirineo de Girona, el acceso a la Vall de Núria ya es una experiencia en sí misma: se llega en tren cremallera desde Ribes de Freser o Queralbs, en un trayecto panorámico de 40 minutos. Una vez arriba, el visitante entra en un mundo sin coches, donde el único sonido es el de los cencerros, el viento entre los pinos y los pasos sobre la hierba.

El valle ofrece paseos sencillos alrededor del lago, actividades suaves al aire libre y la visita al santuario de la Mare de Déu de Núria, con siglos de historia. Para los más activos, se puede caminar por el Camí Vell de Queralbs a Núria (algo más exigente), o simplemente disfrutar del frescor estival desde uno de los bancos junto al agua.

En verano, la oferta se completa con programas de observación astronómica, rutas botánicas y actividades familiares.

Un verano diferente en la montaña catalana

Con temperaturas agradables, sin el bullicio de las playas y con una propuesta de bienestar físico y mental, los Pirineos catalanes se reivindican como un destino perfecto para el slow travel en verano. Ya sea desde una hamaca en el balneario de Caldes de Boí o paseando junto al lago de Núria, la montaña ofrece una pausa real frente al ritmo acelerado de la ciudad.

Porque los Pirineos no son solo para el invierno. También son el mejor refugio del verano.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA