El lago más cristalino de Catalunya que parece sacado de una leyenda pirenaica: un paisaje que parece pintado a mano
A más de 1.900 metros de altitud, este espejo de agua se esconde entre montañas míticas y forma parte del mayor sistema lacustre del Pirineo catalán
Lejos del bullicio de la costa y alejado de las rutas más transitadas, en pleno corazón del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, se encuentra uno de los tesoros naturales más impactantes de Catalunya: el Estany de Sant Maurici. Este lago de aguas puras y profundas no solo destaca por su belleza, sino también por el misterio y la historia que lo rodean.
Situado a 1.910 metros de altitud, rodeado de frondosos pinares y flanqueado por las imponentes agujas rocosas de Els Encantats, el lago ofrece un espectáculo visual de reflejos imposibles y calma absoluta, como si el cielo se derramara sobre la tierra.
Els Encantats: dos picos que esconden una maldición
La silueta vertical de Els Encantats, que custodia el lago como dos centinelas de piedra, no es solo una maravilla geológica. La leyenda popular dice que estas montañas no siempre fueron rocas. Según el relato, dos cazadores forasteros, ajenos a la fe de los vecinos, se burlaron de las oraciones que se elevaban desde la iglesia del valle. La ofensa les costó cara.
Mientras perseguían a un rebeco durante la misa, un rayo los alcanzó fulminantemente. En ese instante —dicen— “se alzaba Dios”. Desde entonces, sus cuerpos quedaron convertidos en piedra, eternamente vigilantes, como advertencia silenciosa sobre el respeto a las creencias del lugar.
Un espejo natural en lo más alto del Pirineo
El Estany de Sant Maurici no es un lago cualquiera. Formado por deshielos y manantiales subterráneos, este espacio natural ofrece aguas de una transparencia impresionante, que cambian de tonalidad según la luz: del azul zafiro al turquesa o incluso al gris opalino en días nublados.
En jornadas despejadas, el agua actúa como un auténtico espejo de la montaña, reflejando con nitidez la doble aguja de Els Encantats y el cielo pirenaico. En días nublados, sin embargo, el lago parece guardar las nubes en su interior, envolviendo el paisaje en un silencio sobrecogedor.
Un entorno único dentro del parque más salvaje de Catalunya
El lago forma parte del sistema lacustre más extenso de la península Ibérica, con más de 200 lagos de origen glaciar distribuidos por todo el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Este espacio protegido abarca más de 14.000 hectáreas de montañas, circos glaciares, bosques alpinos y fauna salvaje.
Explorar este paraíso requiere planificación. Existen rutas sencillas, como la que conduce al Refugi Ernest Mallafré, ideal para pernoctar en plena naturaleza, o senderos más exigentes, como el Camí dels Encantats, pensado para caminantes experimentados. En cualquier caso, es recomendable ir bien equipada y dejarse guiar por la tranquilidad del entorno.
Una experiencia lejos de las masas
Este paraje natural ofrece justo lo que muchos buscan hoy: desconexión, autenticidad y silencio. Aquí no hay colas de coches, ni selfies con multitudes, ni servicios de playa. Solo naturaleza en estado puro y la sensación de estar en un lugar casi sagrado. La masificación aún no ha llegado, y ese es precisamente uno de sus mayores tesoros.
Cómo llegar al Estany de Sant Maurici
Visitar este enclave requiere unas tres horas y media en coche desde Barcelona. La ruta más habitual pasa por la A-2 hasta Igualada, luego por la C-13 hasta Tremp y, finalmente, por la L-501 pasando por Sort hasta el municipio de Espot.
Desde Espot, no es posible continuar en coche hasta el lago, pero sí existe un servicio de taxis de montaña que permite acceder al Estany de Sant Maurici en unos 20 minutos, facilitando así el contacto directo con este lugar mágico sin necesidad de una larga caminata.
Un rincón de cuento que aún resiste al paso del tiempo
El Estany de Sant Maurici no es solo un lago. Es una experiencia sensorial, una lección de historia oral y una conexión profunda con el Pirineo catalán más salvaje. Visitarlo es reencontrarse con lo esencial, con lo bello y lo simple, con un paisaje que parece sacado de un cuento de leyenda... pero que existe, aquí, en Catalunya.
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