¿Buscas plan para el otoño? Te proponemos 5 escapadas increíbles a un paso de Barcelona

Escapadas cercanas para disfrutar de la naturaleza, la historia y la gastronomía sin salir de la provincia

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Los pueblos más encantadores de Barcelona para descubrir en otoño. Foto: Catalunya Turisme

 

El otoño suele asociarse al regreso de la rutina, los horarios ajustados y las obligaciones del día a día. Sin embargo, no hace falta esperar al verano ni a las vacaciones de Navidad para hacer una pausa. Esta estación es, de hecho, un momento ideal para organizar escapadas de fin de semana que permitan desconectar y, al mismo tiempo, redescubrir rincones cercanos con un encanto especial.

A pocos kilómetros de la ciudad de Barcelona, se encuentran pueblos que invitan a respirar calma, reconectar con la naturaleza y viajar a otras épocas gracias a su patrimonio histórico y cultural. Calles empedradas, paisajes de montaña, viñas centenarias y acantilados con vistas impresionantes esperan a quienes buscan un plan diferente.

 

La Pobla de Lillet: medieval y modernista

En pleno Berguedà, La Pobla de Lillet combina dos estilos que parecen opuestos, pero que aquí conviven en armonía: el medieval y el modernismo.

Pasear por sus calles empedradas y cruzar el Pont Vell, un puente románico que atraviesa el río Llobregat, es retroceder en el tiempo.

 

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La Pobla de Llitet, un destino para retroceder en el tiempo. Foto: Stock Foto

 

La iglesia parroquial de Santa María de Lillet, levantada en el siglo XVIII sobre una capilla anterior, conserva la huella de su pasado religioso.

Por otro lado, este municipio guarda una joya del modernismo: los Jardines Artigas, diseñados por Antoni Gaudí, donde arcos, fuentes y figuras inspiradas en el bestiario medieval se funden con la naturaleza en un espectáculo visual único.

 

Castellar de n’Hug: donde nace el Llobregat

También en el Berguedà se encuentra Castellar de n’Hug, un pueblo de fuerte carácter rural y muy conocido por las Fuentes del Llobregat, el nacimiento de este histórico río.

 

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Castellar de n’Hug permite descubrir el nacimiento del Llobregat a través de sus fuentes. Foto: Catalunya Turisme

 

Su casco antiguo, con casas de piedra de los siglos XVIII y XIX, calles estrechas y tejados de teja catalana, conserva intacta la esencia de la vida de montaña. Lugares como la iglesia románica de Santa María o el antiguo lavadero público nos acercan a la historia cotidiana de sus habitantes.

Para completar la experiencia, nada mejor que subir al Tren del Cemento, un histórico ferrocarril de más de 100 años que recorre enclaves destacados como los Jardines Artigas o el Museo del Cemento.

 

Mura: un viaje a la Edad Media

En la comarca del Bages, a tan solo 60 km de Barcelona, encontramos Mura, un auténtico tesoro medieval. Aquí el tiempo parece haberse detenido: no circulan coches por sus calles, lo que obliga al visitante a recorrerlo a pie y saborear cada rincón con calma.

 

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Mura, el auténtico tesoro medieval de Catalunya. Foto: Bages Turisme

 

Entre sus atractivos se cuentan las casas de piedra ligadas a antiguos oficios, la tina del siglo XVIII donde se elaboraba vino y la iglesia románica de San Martín, que conserva un precioso portal. Además, Mura es tierra de viñedos con la prestigiosa Denominación de Origen Pla de Bages, que le da un toque enológico a la visita.

Las fuentes naturales son otra de sus joyas: más de 70 brotan alrededor del pueblo, siendo la Fuente del Rector una de las más visitadas, ideal para hacer un alto en un entorno verde y relajante.

 

Tavertet: balcones naturales sobre el acantilado

En la comarca de Osona, Tavertet sorprende por su ubicación privilegiada: se alza sobre un acantilado con vistas espectaculares al pantano de Sau, Susqueda y las montañas del Montseny.

 

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Sus balcones naturales permiten descubrir toda la geografía de la zona. Foto: Escapada Rural

 

Este pequeño municipio, con apenas 50 casas de piedra de los siglos XVII al XIX, conserva su esencia rural intacta. Entre sus rincones más impresionantes destacan el mirador del Pla del Castell y el mirador del Silencio, desde donde se obtienen panorámicas de postal.

 

Sant Quintí de Mediona: el pueblo del agua

En el Alt Penedès, tierra de viñas y cava, se encuentra Sant Quintí de Mediona, conocido como el pueblo del agua gracias a sus más de 50 fuentes. El paraje natural de Les Deus es el mejor lugar para comprobarlo: allí se puede visitar una gruta, recorrer un circuito botánico, vivir aventuras en su parque temático o simplemente descansar en su bar rodeado de naturaleza.

 

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Sant Quintí de Mediona, un lugar para disfrutar de todas sus opciones de naturaleza. Foto: Penedes Turisme

 

El casco antiguo ofrece un viaje en el tiempo con casas del siglo XVI construidas en travertino, el Castillo de Mediona y el antiguo priorato benedictino del siglo XI. Además, el municipio conserva tradiciones singulares como el Mata-degolla, una fiesta barroca con recreaciones históricas de los hechos de 1714, o el Ball de Diables, un espectacular correfoc.

Y, cómo no, es también el lugar perfecto para adentrarse en la Ruta del Vino y visitar alguna de las bodegas del Penedès.

 

Un otoño para descubrir Barcelona de otra manera

Estos cinco pueblos son solo una muestra de los tesoros que esconde la provincia de Barcelona en otoño, cuando los colores cálidos, la tranquilidad de la temporada y la riqueza cultural de cada municipio se combinan en un plan perfecto.

Escapadas cercanas, de esas que permiten desconectar de la rutina y reconectar con lo esencial, están más cerca de lo que imaginamos.

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