Para las aves ponerse en las torres eléctricas o volar entre cables de baja, media o alta tensión son trampas mortales. Pero eliminar esas trampas no es trabajo fácil y la medida, para que sea efectiva, requiere de una cuantiosa inversión económica.
El pasado mes de agosto se firmó un convenio con la Generalitat de Cataluña para reducir el riesgo de electrocución y colisión de aves en la red, el primer compromiso de estas características que se firmaba con una compañía eléctrica y que establece un marco y protocolo de actuación