Aragonés en su intervención ante el Círculo de Economía ha admitido que el diálogo con el Estado no está en su mejor momento dado el escándalo de las escuchas en las administraciones catalanas, el llamado CatalanGate.
Los partidos independentistas y sus apéndices de choque, Ómnium y la ANC, están encantados de haber encontrado una nueva baza: el espionaje de Pegasus para machacar a la mitad del Gobierno - el otro hace la guerra por su cuenta, necesita visualizarse más y de paso dar la impresión de que no tienen responsabilidad en todo lo que hace mal el Gobierno de Pedro Sánchez- es lo que necesita para seguir alimentado/engañando a esa parte de la ciudadanía que cree lo que ellos les expliquen.
Esquerra Republicana, la CUP y el BNG han redoblado este miércoles su presión sobre el Gobierno y en especial sobre la ministra de Defensa, Margarita Robles, por el supuesto espionaje a políticos independentistas.
La ministra de Justicia, Pilar Llop, ha acusado a ERC de "alimentar al monstruo y la bestia de la extrema derecha", en referencia a Vox, por insistir en sus denuncias sobre el espionaje a políticos independentistas. A su juicio, la calidad democrática de España está fuera de duda y, aunque entiende la "indignación" por las escuchas, aconseja denunciarlo en los tribunales.
En la sesión de control al Gobierno, el presidente ha destacado la investigación abierta en el seno de los Servicios de Inteligencia, y insistido en su voluntad de ofrecer explicaciones en el Congreso y de reconducir el diálogo.
La sorpresa mostrada por el independentismos catalán no debería haber sido tal puesto que como mínimo tres meses antes las plataformas ANC y Òmnium decidieron emprezar a preparar el "Catalan Gate".