Unas conclusiones que contrastan con la llamada "barriga cervecera" que habitualmente se asocia al consumo de cerveza, ya que la aportación calórica de la cerveza es muy baja. Se achaca la obesidad a la alimentación, la falta de ejercicio y, a la información genética.
En la edición del año pasado, dedicada al ictus, lesiones medulares y cerebrales traumáticas, se recaudaron 11,3 millones de euros.