Los niños no son inmaduros, son niños; pueden ser perfectamente maduros para su edad, y no hay que esperar que pasen los años para llegar a serlo.
Por necesario que sea, madurar implica tomar conciencia de la separación entre mi yo y el de todos los demás.
El amor es un proceso, un desafío constante; es la valentía de enfrentarse a uno mismo.